Mezquindades del poder político

Mezquindades del poder político

MARIEN ARISTY CAPITÁN
m.capitan@hoy.com.do
Y la ilusión se esfumó por la ventana. Como una pasión lejana, imposible, ella decidió partir para no volver. Nos quedamos esperándola y ansiándola porque creíamos merecerla. Pero ella, antojadiza y frágil, no nos escuchó.

Se llama espera, se llama tranquilidad. Se llama de cualquier manera pero no está: se trata de aquel espacio de paz que esperábamos encontrar una vez terminado el proceso electoral.

Seguimos en política. Aunque no lo queríamos, y aspirábamos no tener que resignarnos ante su presencia, respiramos y vivimos por ella. Parece que es parte visceral de la dominicanidad. Por eso, aunque es terriblemente extemporáneo, ya vemos cómo las apetencias empiezan a aflorar en los círculos más y menos íntimos de los partidos políticos.

Amén de que cualquiera tiene derecho a aspirar al cargo para el que entienda está mejor preparado, es un abuso pensar en someternos a la tortura de comenzar a ventilar esas luchas internas desde ahora.

El país está en una situación difícil. Aún no se ven tan claramente los efectos de la crisis pero no estamos lejos de ello. Por tanto, no podemos seguir dilapidando esfuerzos y dinero en prácticas proselitistas.

Es el momento de desterrar las mezquindades propias de la lucha por el poder. Lo que manda es sentarse a pensar en cómo resolver los desaciertos que nos circundan. Por ejemplo, cómo unificar las elecciones presidenciales y congresuales, de manera que no se gasten tantos recursos en cada montaje. Una propuesta a sopesar en torno al tema es la del senador Pedro Alegría: que los próximos legisladores estén en el Congreso Nacional hasta el 2012. Sopesémosla.

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