¡Mi pobre Hostos! honorable diputado retire su proyecto

¡Mi pobre Hostos! honorable diputado retire su proyecto

“Las pasiones del hombre ¡Cómo nacen, ¡cómo crecen! Una chispa las crea, un soplo las inflama.”

“El deber es el freno de la conciencia. Sin él la conciencia se desboca.”

“El tiempo es vida y consumir el tiempo en no hacer lo que se debe es consumir inútilmente la existencia.” Eugenio María de Hostos

Leí estupefacta e incrédula en la prensa que el diputado Orlando Salvador Jorge Villegas, diputado por la Circunscripción 1 del Distrito Nacional del Partido Revolucionario Moderno (PRM), había sometido a la Cámara de Diputados, un proyecto de ley que proponía el cambio del nombre del Parque Eugenio María de Hostos, para que en lo adelante se denomine, Parque Eugenio María de Hostos Memorial Jack Veneno, en honor a esta leyenda de la lucha libre dominicana.

Su argumento es que ese lugar icónico de nuestra ciudad fue la sede de las peleas más emblemáticas del luchador y la historia de dicho parque se encuentra muy arraigada a su carrera deportiva.

No niego que Jack Veneno fue una figura de la lucha libre. No le quito su valía deportiva ni la simpatía que generó en una gran parte de la población. Pero por favor, por favor, por favor, POR FAVOR, no mancille el nombre, la memoria de un hombre que sin interés alguno, fue clave en el desarrollo de nuestra educación y que dejó como herencia a la humanidad una serie de obras que todavía hoy, en el siglo XXI, tienen validez y constituyen una referencia ética, en este mundo plagado de intereses económicos, corrupción y sustitución de valores.

Mientras hoy en día se difunde que el TENER MUCHAS COSAS es el símbolo del triunfo, para Hostos, que murió prácticamente en la miseria, lo más importante era una actuación basada en valores éticos y su lucha, aquí y en América Latina, para educar al pueblo para que salgamos del ostracismo y la ignorancia.

Al leer la intención del honorable diputado, me pregunté: ¿Qué tienen que ver Eugenio María de Hostos y Jack Veneno? ¿En qué cabeza puede caber esa mezcla eclécticamente absurda? ¿Acaso olvidó el “honorable” diputado quién fue el insigne educador puertorriqueño y universal? ¿No recuerda que Hostos fue el responsable, junto a la gran Salomé Ureña de la reforma educativa más importante en el siglo XIX dominicano?
Eugenio María de Hostos nació en Mayagüez, Puerto Rico, en 1839.

Murió en la República Dominicana en el año 1903. Sus restos están honrados en nuestro Panteón de la Patria. Tenía solo 64 años. Su vida entera la dedicó a escribir y a educar. Dejó un legado de entrega y sabiduría, pero no fortuna. Estaba convencido que solo mediante la educación los pueblos progresarían, por esta razón viajó por América promoviendo las reformas educativas.

Llegó a República Dominicana en 1879, y estuvo hasta 1888, cuando el dictador Ulises Heureaux, Lilís, le hizo la vida imposible y tuvo que salir. Apenas un año después de haber llegado, en 1880, fundó la primera escuela normal en Santo Domingo. Hostos afirmaba que la educación debía tener por objeto formar seres humanos completos, fue fuesen capaces de construir sociedades libres.

En 1881 fundó la Escuela Normal de Santiago. Y ya en septiembre de 1884 se graduaron los primeros maestros normalistas.

Volvió de nuevo al país en el año 1900, cuando el gobierno dominicano, bajo la presidencia de Juan Isidro Jiménez, le propuso reorganizar la enseñanza pública. Fue nombrado Inspector General de la Enseñanza Pública. Continuó con su labor efectiva educativa, pero murió tres años después. Este brevísimo recuento solo habla de su labor educativa en nuestro país.

Trabajador como era, fue un prolífero escritor. Sus obras abarcaban temas de filosofía, sociología, educación y política. Las más conocidas son las siguientes: Moral Social, Tratado de Sociología, Meditando, La educación científica de la mujer, La peregrinación de Bayoan, solo para mencionar algunos.

De mis lecturas sobre Hostos la que más me ha gustado y ratificado a través de los años ha sido, su obra “Moral Social”. El libro está dividido en 38 capítulos, divididos en dos grandes partes.

En la primera parte Hostos señala que las personas que integran una sociedad tienen deberes que cumplir; y en la segunda está constituida por ensayos que hablan acerca de la moral y de la vida.

El filósofo-educador-intelectual defiende que lo ético debe normar la vida de la sociedad, y, especialmente, los vínculos entre las personas de una sociedad, e incluso entre las naciones. Defiende la función ordenadora y armonizadora que todos debemos asumir para lograr una verdadera convivencia humana.

Señor diputado Orlando Jorge Villegas, retire su proyecto. Busque otro lugar para hacer ese memorial.

Vaya al pabellón donde se realizan los torneos de lucha libre y haga allí su memorial. Ponga las fotos que quiera con las medallas de campeón, ponga bustos, lo que sea, haga si quiere un museo, pero no lo haga en el parque Eugenio María de Hostos.

Nuestro país debe no solo reconocer agradecido el aporte de este soñador de la educación y luchador incansable por un mundo mejor; sino y sobre todo, rescatar su figura para que las generaciones como la que usted y los demás jóvenes diputados que ganaron las elecciones, conozcan y veneren a los hombres y mujeres que se sacrificaron y nos regalaron un legado que debemos venerar.

Haga un proyecto de ley para que ese parque, abandonado a su suerte, sea remodelado y se construya ahí un pequeño museo-monumento en memoria de ese gran educador y filósofo que tanto hizo por nuestro país.

“El individuo es a la vez causa y efecto de la sociedad; causa, porque sin él no existiría ella; efecto, porque sin ella no podría él cumplir sus fines.”

‘‘ No niego que Jack Veneno fue una figura de la lucha libre. No le quito su valía deportiva ni la simpatía que generó en una gran parte de la población.

EUGENIO MARÍA DE HOSTOS

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