Mi primer chequeo

Mi primer chequeo

Al nacer, lo correcto es que todo niño sea recibido por un pediatra, pues aunque la gran mayoría de los bebés nacen sanos, algunos pueden venir con problemas que se pueden corregir con la intervención rápida de este especialista. En este caso, es preferible la asistencia de un pediatra neonatólogo,  especializado en las enfermedades propias del recién nacido.

Este es el encargado de realizar el primer chequeo médico al bebé, en el cual comprobará, a través de distintas pruebas, si la criatura ha nacido saludable, e incluso, determinar las posibilidades que tiene de sufrir ciertas enfermedades a lo largo de su vida.

Primeras pruebas.  El pediatra neonatólogo Marcos Díaz Guillén explicó que lo primero que se hace al recibir al niño es colocarlo en una cuna térmica, preparada para recibirlo en un ambiente tibio, lo más similar al útero del que acaba de salir, hasta que se vaya acostumbrando al ambiente exterior.  De hecho, si el parto ha sido programado, el pediatra solicitará que se apaguen los aires acondicionados en la sala de partos u operaciones hasta que el niño nazca.

Luego, inicia el chequeo midiendo el Puntaje de APGAR, una serie de parámetros sencillos (color de la piel, frecuencia cardíaca, tono muscular, reflejos…) cuya suma indica cuán saludable ha nacido. Si al analizar estos parámetros se determina que el bebé está saludable, el pediatra procederá a cortar el cordón umbilical.

Previamente, en el momento del parto, al bebé se le toman muestras de sangre para realizar distintos análisis, entre ellos un hemograma, tipificación y otras pruebas como la de la tiroides. Esto así porque hay enfermedades congénitas que si son detectadas a tiempo pueden corregirse sin mayores daños.

“Si un niño nace con daños o problemas de la tiroides, inmediatamente se detecta lo manda donde el endocrinólogo infantil, le suministran la hormona y el niño crece sin problemas. Si pasa un tiempo y eso no se ha detectado entonces el niño se convierte en un cretino, que es un niño con problemas de desarrollo neurológico, no aprende, no lee, no hace lo que debe hacer en el momento en que debe como lo haría un niño normal porque le hace falta esa hormona”, señala el Díaz Guillén, ex presidente de la Sociedad Dominicana de Pediatría..

Hay varias enfermedades, como la fibrosis quística del páncreas, la fenilcetonuria y muchas otras, que pueden descubrirse con el screening neonatal, una prueba que a partir de gotas de sangre del recién nacido descarta una serie e enfermedades con las cuales puede nacer el niño y en las que el médico puede intervenir a tiempo. Esta muestra de sangre es enviada a Estados Unidos y en menos de una semana se reciben los resultados. Hasta el momento sólo algunas clínicas privadas del país ofrecen este servicio.

Visto el Puntaje de APGAR, al niño se le mide la circunferencia del cráneo, que normalmente es de 33 a 37 centímetros; se mide la circunferencia del tórax, su talla y se determina su peso, pues todos los niños, incluso los prematuros, tienen medidas ideales para cada edad gestacional. Después de este chequeo el bebé es llevado al área de recién nacidos para que se reponga y es vigilado por una enfermera. Una o dos horas después es llevado junto a su madre.

A los diez días de nacido el bebé tendrá su primera cita y luego será levado al pediatra mensualmente, el cual seguirá evaluando su crecimiento y desarrollo y dará orientaciones a los padres sobre cómo cuidar la salud de la criatura.

El primer contacto.  Hay algo muy importante para la madre y el recién nacido: el primer contacto tras el parto. Díaz Guillén asegura que llevar al niño a una sala y mostrárselo a su madre el día después no es lo más correcto.

“Lo primero que se debe hacer después de haber nacido es enseñárselo a su mamá, que lo tenga sobre ella y lo abrace.

¿Qué hubiese sido  si ese niño nace en una loma, en un monte, con una comadrona? Se lo da inmediatamente a su madre para que lo empiece a amamantar. Este es el primer factor para que una madre produzca leche más rápidamente y en mayor cantidad”, comenta el pediatra. “Desde que soy pediatra, transcurrida una hora mando al niño con su mamá, y si el papa o la abuela están ahí, también los hago entrar, con la observación de que deben haberse lavado las manos previamente”.

Vacunas.  En las primeras 24 a 72 horas, el bebé recibirá su primera vacuna, la de la hepatitis B, y en los próximos días la vacuna contra la tuberculosis (BCG). Luego, al segundo mes de vida iniciará un programa de vacunación, que implica refuerzos al año y medio, y alrededor de los cuatro o cinco años.

“Hay muchas vacunas nuevas. Antes no existía la vacuna del rotavirus que produce mucha diarrea, deshidratación e internamiento. Ya existe también la vacuna contra la influenza y la vacuna del neumococo, la cual actúa contra la neumonía, otitis media, meningitis, sinusitis. Es bueno recordar que la neumonía es la causa de muerte más común en niños menores de cinco años”, dice Díaz Guillén.

El neonatólogo resaltó que vacunas como las antes mencionadas y la vacuna del papiloma humano, que previene enfermedades de transmisión sexual y distintos tipos de cáncer uterino, deben estar dentro del programa de inmunización del país.

El Puntaje de APGAR

En esta prueba se examinan el color de la piel del niño, su frecuencia cardíaca, tono muscular, reflejos y respiración. A cada uno de estos parámetros, según lo observado, se le da un puntaje del 0 al 2 y se suman. “Mientras –la suma- más se acerca a 10 quiere decir que el niño está muy saludable. Si el puntaje está por debajo de 7, en 6, 5 ó 4 quiere decir que el bebé no está bien y que algo sucedió antes o durante el parto: asfixia o algún problema e impide que el niño esté sano, activo, vigoroso, que llore y tenga buen color. La nalgada no está incluida en estos exámenes al recién nacido. El pediatra aclaró que está contraindicada pues si un niño ha nacido sano debe notarse vigoroso y llorar solo. Si no sucede así es porque es un prematuro, bajo peso o ha tenido una asfixia perinatal.

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