Mi’ qué vaina…!

Mi’ qué vaina…!

Cierto. Al título le falta una interjección. Ayúdeme y póngala.

Anoche, esperé el resultado de la sesión del Senado de la República para escribir este artículo con base a su decisión sobre la ley de Lemas. Nada supe sin embargo, porque la energía eléctrica la retiraron y me dormí. Ahora, aprovecho que restablecieron el circuito y me apresuro a escribir mi compromiso semanal con este diario.

Sucede, sin embargo, que el fraterno amigo Ubi Rivas se sienta ante la máquina y en 15 minutos escribe un artículo. Yo no puedo. ¡Cuánto le envidio! Machaco y machaco hasta el cansancio. Pero así es. De manera que la gran presión me la pone la angustia de saber si contaré con electricidad el tiempo suficiente.

Los senadores, en segunda vuelta (lectura), sancionaron la propuesta y hoy día 11 ya está en la Cámara de Diputados, donde fuera rechazada, para una nueva discusión.

De aprobarla y que el Presidente la promulgue, será soprano, en el coro de voces que entorpecen la tranquilidad del pueblo dominicano, a tan solo noventa días de la consulta electoral para elegir nuevo Presidente dominicano.

El coro, por lo que se escucha, es tan grande, que el eco retumba en todo el país y la música que entona, aunque afinada, tiene la característica, de la escrita en éxtasis de viaje de estupefaciente y se imprime con sintetizadores de estridencia malsana, mientras se acompaña de destellos de luces de molesta intermitencia, logro de mezcla técnica de cuando color es posible.

Lo peor es que no hay sesteo. El cilindro no cesa de rodar.

Los tambores tienen la fuerza de los que anunciaban los grandes acontecimientos en el imperio del sol naciente.

Las trompetas, claman con más estridencia que las que anunciaban la muerte en el coliseo romano.

Los piafanos taladran los tímpanos, como el grito feroz de las hordas de Darío rumbo a Las Termopilas.

Las voces lúgubres, como el interior de las catacumbas. Esos son los bajos del coro. La aportan los señores Obispos del Episcopado Dominicano. Su director, hace el solo de la partitura. Los tenores están todos inscritos en la Cámara de Comercio. Las voces mixtas, compuestas por contraltos y barítonos es una sección inscrita en el presupuesto nacional.

La utilería la pone Renove.

La propaganda, la proporciona el equipo de daño, que desafina cuando propone soluciones inviables desde cualquier punto de vista.

Todo esto tiene el ingrediente de la angustia interna. La sensación de falta de oxígeno en los pulmones y la certeza de muerte de quien se ahoga. El cerebro funciona, pero sin dirección fija y por tanto se pierde el equilibrio. No se puede explicar, pero cada uno tiene la sensación de una tormenta dentro del pecho, cuyos vientos giran en locas direcciones, desatando la furia de todos los infiernos en destellos que se desprenden desde las zonas menos opinadas, que bloquean las posibilidades de las pupilas, de llevar al cerebro la luz de la verdad.

Por suerte, «Siempre es más oscura la noche cuando va a amanecer».

En medio de la maraña emocional dispuesta por el hombre dominicano, el destino, fuerza inmensurable del Ser, endereza las coordenadas y fija conciencia en los desesperados.

Los partidos políticos, son expresión conjunta de las voluntades (así en plural) populares y en el pueblo radica el poder. Aquí lo dijo con mucha propiedad, el General Juan Pablo Duarte, padre de la patria y fundador de la República.

Un partido, es como una mazorca de maíz. Todos los granos, pegados de una tusa, que resulta la idea, Los granos tienen el mismo color y sabor. Ocasiones hay en que algunos granos varían la apariencia, pero nunca la sustancia. Se llama mazorca de maíz, todos juntos. De no estarlo son granos de maíz.

De repente, el Partido Reformista, que canta como tiple en el coro del desconcierto, recibe la querencia del destino y el trabajo duro le pone en posición viable en la carrera electoral.

Tiene un candidato combatido a muerte por algunos de los suyos, pero admirado por los extraños. Por su pasado limpio y su seriedad manifiesta, unidos estos atributos a su capacidad bien estructurada y repujad, eso lo lleva a no ser despreciado por nadie, lo que le produce posibilidades ciertas de ser respaldado. Una última encuesta le señala posible.

Por lo visto toca el turno a Eduardo Estrella desde el podio del Partido Reformista, ser el próximo director del pueblo dominicano.

El lema es ese. Eduardo.

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