Mi relación de amistad con Juan Bosch

Mi relación de amistad con Juan Bosch

Antes de la celebración del octogésimo aniversario de Don Juan en 1989, doy testimonio de la amistad literaria que don Juan me dispensó, y la prueba más palmaria fue su aceptación a que le acompañase en septiembre de 1982 a México al Encuentro de los Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos. Los incidentes de aquel coloquio los narré en el vespertino Ultima Hora y los incluí luego, abreviados, en mi libro Memorias contra el olvido (2001).

Indirectamente por Don Juan conocí en su residencia del Pedregal al gran Gabriel García Márquez, pues cuando José Emilio González le llamó, luego de haber salido del despacho de Arnaldo Orfila Reynal en Siglo XXI, para informarle que Manuel Maldonado Denis deseaba saludarle, también le informó que les acompañaba a ellos el delegado dominicano que vino a México junto con Don Juan al Congreso de Escritores.

Pero lo más importante de aquel viaje cultural fue la presentación encomiástica que de mi persona hiciera don Juan a todos los intelectuales amigos suyos que vinieron a tributarle su respeto. Y estos quince días que pasamos juntos, ayudaron a que cuando se planteó la celebración del octogésimo aniversario de don Juan en 1989 no solamente me incluyera en el número de las diez personas que dirigieron esas actividades, sino que también aceptara, a propuesta de Pedro Vergés, mi inclusión en la lista, junto a Guillermo Piña Contreras y el propio Vergés, del equipo que se encargó de la preparación de sus Obras completas, de las cuales solamente vieron la luz nueve tomos, pero ahora el mismo Piña Contreras se ha encargado de la edición de las verdaderas obras completas de Don Juan.

Otras muestras de confianza y amistad que me profesó Don Juan fueron sus llamadas para consultas estrictamente literarias. Por ejemplo, y lo he narrado en mi libro autobiográfico, la noche cuando Don Juan se presentó en mi residencia de Gascue en compañía de Pedro Mir, Virgilio Díaz Grullón y Pedro Vergés para discutir el tema de su ponencia en el Congreso de Alfal que se celebró en Santo Domingo.

Y la última muestra de esa amistad fue cuando renunció el 19 de junio de 1994 de todas funciones en el PLD, excepto a la de miembro, a raíz de lo cual publiqué un artículo en El Siglo. Me llamó para darme las gracias por el tratamiento que le di, por la explicación del papel jugado por la pequeña burguesía de su partido en esa renuncia y porque en gran medida le sugería que volviera al partido, pues ya era muy tarde para fundar un tercer partido.  Ya a finales de marzo de 1991 Don Juan había renunciado a la presidencia del partido a la membrecía, pero poco después se reintegró. Por las razones de salud que evoca Mildred Guzmán en “El Bosch que yo conocí”, también en aquel año, después de la derrota de 1990, era imposible fundar un tercer partido.

La última vez que le vi fue en el local del partido cuando fue velado allí. Fui a decirle adiós al amigo, al maestro, al gran líder y al gran escritor, quien con apenas un bachillerato sin terminar se empinó en las disciplinas más elevadas y difíciles de escalar, como son el poder y la escritura.

Este capítulo sobre la celebración del octogésimo cumpleaños de don Juan queda pendiente de inclusión para la segunda edición de la obra de mi amiga Mildred Guzmán, y habrá de decirse que el personaje de más viso político y literario que vino a este evento fue el poeta Ernesto Cardenal, Ministro de Cultura del gobierno sandinista. Por supuesto que Mildred nos dará, como nos ha dado para el caso del septuagésimo aniversario de don Juan, la lista completa de las personalidades que vinieron a rendirle tributo a nuestro gran líder y escritor, así como de las actividades que se realizaron a este propósito.

Por mi parte, aquí finalizo la presentación de este interesantísimo libro “El Bosch que yo conocí”, no sin antes  darle a Mildred las más sentidas gracias por haberme permitido servirle doblemente: al realizar la corrección final de su obra y presentar este libro  al público amparado en las vertientes de tolerancia y amistad que a la autora y al presentador profesó Don Juan Bosch mientras estuvo de paso por esta tierra.

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