Mi reunión con el Presidente Fernández

Mi reunión con el Presidente Fernández

Me reuní con el Presidente Leonel Fernández en su despacho del Palacio Nacional, el pasado 16 de diciembre, a las 2:00 de la tarde. Fue un encuentro fraternal, de amigable compromiso, que sirvió para superar viejas contradicciones resultantes de la rivalidad política, ocasionalmente ejercida en forma dogmática.

Debo la cita a la diplomacia de un mutuo amigo, cuyo nombre no estoy autorizado a revelar; mediación desinteresada que puso fin, entre otras cosas, a mi alejamiento de más de cinco años de la mansión presidencial. Acudí allí con la finalidad de concertar con el Presidente Fernández una entrevista periodística para mi programa de televisión La Prensa de Hoy, el que reanudaré el domingo 17 en enero a través de Antena Latina Canal 21, a las 11 de la mañana. El mandatario fue extremadamente cortés, al dejar abierta la posibilidad de acceder a nuestra invitación, un tanto osada, dada mi condición de crítico de su administración. Fue un encuentro a solas, a cuyo término se incorporó el viejo amigo y colega de El Nacional, licenciado Rafael Núñez, Secretario de Prensa, Información y Publicidad de la Presidencia de la República.

Pero, después de más de diez años sin ambos sostener un tete-a-tete, el Presidente Fernández me causó una grata impresión. Su amabilidad sirvió de marco para dialogar sobre los desafíos que encara la nación a partir del año 2010.

Su meta: reactivar la economía ejecutando políticas que disminuyan la preocupante tasa de desempleo provocada por la crisis financiera global.

Centro de su atención: la terminación del Metro de Santo Domingo y la construcción del tren entre la capital y Santiago, obras que cuentan ya con la promesa de financiamiento del Presidente de Francia, Nicolás Zarkozy. Políticamente, el mandatario confía en que superará el desafío electoral subyacente en los comicios congresuales y municipales del 16 de mayo próximo. Líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fernández se expresa sumamente optimista en cuanto a que una amplia mayoría de votantes preferirá los candidatos del partido de gobierno.

¿Qué impresión me causó el Presidente Fernández? La de un político que, a punto de cumplir 10 años ejerciendo la Presidencia de la República, refleja un hombre de Estado y gobernante que domina las ciencias políticas, que pretende tener éxito en el difícil arte de conducir al pueblo dominicano. Dada la fortaleza política que atesora al finalizar el año 2009, creo que Leonel Fernández es el teórico y el práctico del poder, cuya gravitación sobre la sociedad dominicana supera las alcanzadas por sus predecesores, quizá comparable a la de Joaquín Balaguer, quien gobernó 22 años.

Fernández es el beneficiario de un sistema democrático presidencialista, donde encarna simultáneamente al Jefe del Estado y al Jefe del Gobierno.

Reúne los poderes representativos inherentes a la calidad de estadista, y además disfruta de los poderes políticos y administrativos propios de un gobernante. Por consiguiente, su poder es mucho mayor. Representa al Estado hacia el exterior, nombra libremente los ministros, no comparte su poder con nadie. Gobierna y administra el Estado con un amplio radio de acción. Es el superior jerárquico de la función ejecutiva del Estado.

Así como dentro del modelo de presidencialismo puro que es los Estados Unidos, la voluntad del Presidente Barack Obama jugó un rol fundamental en la aprobación de la ley de reforma del sistema de salud, con todo y preservar con bastante precisión las ideas de Montesquieu sobre la división de los poderes, en la democracia presidencialista dominicana la voluntad del Presidente Fernández le permitirá promulgar una nueva Constitución, reducir los alcances de la oposición y dejar su legado cumbre: una red ferroviaria moderna.

Fernández seguirá siendo un hueso político duro de roer en los comicios porvenir.

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