Mi voto

Mi voto

[b]Señor director:[/b]

Recientemente, escuchando la radio constaté cómo causó cierto asombro el hecho de que perteneciera al Partido de la Liberación Dominicana. Esto, porque el apellido que me acompaña es uno tradicional en las filas del Partido Revolucionario Dominicano. Aquello fue planteado como algo trágico e increíble. Entonces quedé yo asombrado de que fuese cuestionada esta posibilidad de cambio. Las razones para hacer el cambio son tan obvias que me resulta sobreabundante tener constantemente que reiterarlas; en ese caso, no por ser Mejía-Ricart, sino porque entiendo que como cualquier dominicano, hay muy buenas razones para tomar la decisión de tratar de colaborar con un partido que ya he visto en acción, y en el que creo que podría serle útil a esta república, que tanto queremos los dominicanos, y la familia Mejía-Ricart.

En efecto, igual que la generación anterior a mí creyó que podría serle útil al país y que el pertenecer al PRD le daría la oportunidad de llevar algunas de sus ideas a favor del progreso de la nación, algunos de mi generación hemos entendido que las circunstancias mundiales y los tiempos ameritan de variantes en los planteamientos. A nuestro entender, el PLD representa la posibilidad de una sociedad más moderna, más institucional, y con planteamientos más orientados al bienestar de la pluralidad de los dominicanos, y entendemos que esta podría ser nuestra vía para poner nuestro grano de arena en busca del avance de la sociedad dominicana.

Indiscutiblemente e igual que muchos otros jóvenes y no tan jóvenes, he utilizado la libertad con la que he sido educado y he creado mis propios criterios, los que no siempre deben o tienen que coincidir con los del resto de los integrantes de esta familia que tanto le ha otorgado al PRD.

Entiendo, que si en el ámbito interno familiar se entienden mis razones, más las entiende el ciudadano común.

Yo como ciudadano común me siento terriblemente decepcionado de las manipulaciones políticas, y me asqueo de ver como la ignorancia nos lleva a cometer errores que culminan siendo demasiado costosos para nuestro país.

Desde la falta de institucionalidad, hasta el abuso de poder, desde el descaro hasta las formas, me hacen pensar que debemos orientar a las masas para que escojamos mejor.

Entiendo que el manejo del gobierno amerita de pensadores, ejecutores, y proyectistas, que vean en la nación un proyecto más allá de sus intereses personales.

La República Dominicana está atravesando una gran crisis, una crisis institucional, una crisis de vergüenza, una crisis de educación, y más que todo una crisis de camino; la ruta en la que se ha encaminado la nación en los últimos años es una poco definida, y que hasta ahora no nos ha llevado a puerto saludable.

La política siempre será política los políticos siempre serán políticos y en búsqueda del poder prometerán y a veces no cumplirán, pero lo que estos nunca se deben permitir es la libertad de pensar que por siempre podrán mantener de manera intacta su imagen, pues la sociedad cada día es menos ignorante.

Yo creo en el partido morado, porque busca concensuar los intereses nacionales para integrarlo a los resultados, pues en conjunto todos culminamos asumiendo las consecuencias de las decisiones estatales. Creo que su plan de gobierno es sustentable, y que la seriedad de problemas que heredaremos nos dará a todos la oportunidad de reconocer nuevamente la capacidad de su candidato presidencial.

Por nuestra parte, nos sentimos esperanzados; creemos que hemos encontrado ese espacio, esa vía que nos permitirá aportar progreso a la nación apoyando un proyecto de gobierno integral, de concentración nacional, y para todos los dominicanos.

Mi voto será en efecto por el PLD, y con ello, sigo la línea que siempre me fue trazada en la familia a la que pertenezco, que es aquella que converge con los intereses de la nación.

El pertenecer a un partido no es una religión que se hereda y se mantiene si no se está de acuerdo con los principios y acciones de este. Pertenecer a un partido es una opción personal, y mi cambio como el de muchos, es una prerrogativa que tiene cada dominicano preocupado por la sociedad. Veremos pues como se expresa el pueblo dominicano en las urnas el 16 de mayo; los resultados demostrarán la necesidad del pueblo dominicano en las urnas el 16 de mayo; los resultados demostrarán la necesidad del pueblo dominicano de ver la República Dominicana enfilada en una nueva ruta; la ruta al progreso.

Atentamente,

Félix E. Mejía Ricart A.

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