BARCELONA, España, 8 Jul (AFP) – El piano arrollador del prodigio dominicano Michel Camilo y la guitarra sin límites del andaluz Tomatito, le dieron a su primera actuación en España, el viernes en el Teatre Grec de Barcelona, un nivel que durante un mes difundirán por otras ciudades de España.

Repleto de un público entusiasta de varias edades, nacionalidades y condiciones, el espectáculo “Spain again” (el nombre del último álbum del privilegiado dúo) comenzó con un homenaje al tango y sobre todo a Carlos Gardel y a Astor Piazzola y culminó con el público en pie pidiendo a gritos un cuarto “bis”.

 En el entorno de exhuberante belleza botánica del teatro griego al aire libre de la montaña barcelonesa de Montjuic, las notas del piano de Camilo y los acordes casi imposibles que le daba Tomatito a su guitarra parecían conjurarse con la belleza exterior enriquecida por la luz de una luna que será llena en un par de días.

La imaginativa y desbordante ejecución del “Día que me quieras” de Gardel y Le Pera y de un trío de piezas —Libertango, Fusta y Adios Nonino— de Piazzola pusieron a más de uno la piel de gallina, sobre todo cuando termina el tango de Gardel con la melodía que sus amantes tienen familiarizada con tocar solamente un par de teclas, después de haber paseado la piezas por increíbles momentos musicales que recordaron a George Gershwin.

 Los dos prodigios, del piano y de la guitarra, que en el 2000 concibieron “Spain”, con el que obtuvieron un Grammy latino, volvieron a encontrase bajo los aromos, los pinos y las encinas y ante la gigantesca enredadera que hace de telón del escenario del Grec en la que fue la primer actuación de una gira por distintas ciudades españolas.

   Tango, jazz, flamenco y otros géneros improvisados de gran fuerza y enorme soltura vivieron la noche del viernes una de las grandes interpretaciones y la emoción recayó sobre todo en los principales protagonistas que en tres ocasiones, al concluir algunas piezas —sobre todo aquellas donde bordaron la improvisación, como en “El día que me quieras”— abandonaron sus asientos para fundirse en un abrazo.

La fiesta tuvo mucho carácter latino, no sólo por los ancestros caribeños del gran pianista, considerado uno de los más grandes de la actualidad, sino porque en el solo del tango de Gardel participó en su arreglo el pianista argentino Luis Salinas y otras de las interpretaciones era creación del otro dominicano famoso en el mundo, Juan Luis Guerra, con “Amor de Conuco”.

Las tonalidades latinas del piano de Camilo, un apasionado del jazz y la música clásica y uno de los pianistas más célebres del mundo, le dieron al espectáculo momentos de gran festividad, algo parecido a las majestuosas intervenciones de Tomatito, nacido en Almería y que inició su carrera junto a grandes artistas como José Menese, Enrique Morente o Pansequito para luego adquirir fama actuando junto a Camarón de la Isla.

Al iniciar el espectáculo, Michel Camilo se congratuló “de volver a esta aventura que iniciamos hace seis años” y le transmitió al público su anhelo de que disfrute con lo que venía.

Los tres bises le dieron la respuesta que quizás no esperaba tan fehaciente.