Micheletti intenta romper su aislamiento

Micheletti intenta romper su aislamiento

Tegucigalpa, (AFP).- El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, anunció este lunes que quiere invitar a personalidades del mundo para que constaten que «estamos haciendo las cosas correctamente y dentro de la constitución de la República» y romper así su aislamiento internacional.

Durante un acto en el que izó la bandera de Honduras en la plaza frente a la Casa Presidencial, el mandatario que asumió el 28 de junio tras el derrocamiento de Manuel Zelaya manifestó en una rueda de prensa que él mismo ha pedido al mediador del conflicto hondureño, el presidente costarricense Oscar Arias, que invitara a «personajes» internacionales.

Micheletti hizo alusión a la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, quien llegó en la tarde de este domingo a Costa Rica para una visita oficial que estará marcada por la crisis política hondureña.

La vicepresidenta del gobierno español llegó acompañada, entre otros, por el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, para tratar la crisis política hondureña surgida a raíz del golpe de Estado que depuso a Manuel Zelaya.

Fernández de la Vega tiene previsto reunirse con Enrique Iglesias, Oscar Arias y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

«Fui yo el que le pedí al presidente Arias la posibilidad de que vinieran personajes de esa catadura del mundo entero para que vengan a ver qué es lo que está pasando en Honduras», afirmó el mandatario de facto, quien trata de convencer al mundo de que no hubo golpe de Estado, sino «una sucesión constitucional».

«Eso es lo que nos interesa, que el mundo se empiece a dar cuenta que nosotros estamos haciendo las cosas correctamente y dentro de la Constitución de la República», subrayó.

España pretende dar un impulso al Acuerdo de San José presentado por Oscar Arias para buscar una salida negociada a la crisis hondureña. El documento de Arias plantea la restitución de Manuel Zelaya en el poder, la creación de un gobierno de unidad nacional, una amnistía para los delitos políticos y adelantar un mes las elecciones generales previstas para el 29 de noviembre.

Micheletti rechaza la restitución de Zelaya pero aceptó dialogar sobre los demás aspectos del plan, que envió a los demás poderes del Estado.

Manifestó su preocupación por el hecho de que «el gobierno de Nicaragua (esté prestando) una zona de ese país para que se puedan preparar grupos dizque armados para venir a atacar a Honduras».

Zelaya organizó en la zona del Ocotal, fronteriza con una Honduras, un «ejército popular pacífico» para tratar de regresar a Tegucigalpa, donde las autoridades militares y policiales han establecido un cerco con toque de queda incluido para impedírselo.

«Al final él (Zelaya) explica que hay un cuerpo militar de Nicaragua y Honduras viendo estos problemas y que nosostros consideramos que al final vamos a darnos un abrazo. Nosotros no queremos pelear con nadie», abogó.

En ese sentido, también desmintió que Honduras prepare un ataque a Nicaragua, como denunció el presidente Daniel Ortega. «No es cierto, no es cierto, el ejército hondureño está reportándome cada momento las acciones que está tomando y en ningún momento está planeando ningún ataque, estamos en nuestra frontera esperando cualquier acción negativa contra los intereses del pueblo», señaló.

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