SANTIAGO (AFP).- La presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien durante el régimen de Augusto Pinochet estuvo detenida y fue torturada en una de las cárceles clandestinas, presentó un programa de apoyo a las medianas y pequeñas empresas en el momento en que se inició el funeral del ex dictador.

Bachelet realizó todas sus actividades con normalidad y aunque convocó a la prensa para el lanzamiento del programa, en ningún momento respondió a los requerimientos de los periodistas, que insistentemente la conminaban a referirse sobre el funeral del ex dictador, a quien negó rendirle honores de Estado.

Por la tarde Bachelet tenía previsto seguir con su agenda y reunirse con el ex presidente Patricio Aylwin, y también asistir a la ceremonia de graduación de aspirantes a la policía civil, dos actividades en las que mantendría su mutismo, según fuentes de su entorno.

Bachelet ha evitado referirse a la muerte de Pinochet ocurrida el domingo en el Hospital Militar de Santiago, y sólo el lunes tocó tangencialmente el tema de sus funerales, cuando en medio de una ceremonia oficial en el palacio presidencial de La Moneda defendió su decisión de negarle un funeral de Estado.

Cuidándose en todo momento de no mencionar el nombre de Pinochet, dijo que cuando en el país no existen normas que lo exijan, los gobernantes tenían que “tomar decisiones pensando en el país”.

Ya en su campaña electoral Bachelet había planteado que como víctima de su dictadura le “violentaría mucho” rendirle honores al ex general, que murió en el Hospital Militar, a los 91 años, tras sufrir un infarto al corazón.

Enfrentada a ese escenario justo nueve meses después de haber asumido el poder, Bachelet mantuvo su decisión y se negó a rendirle honores a Pinochet como jefe de Estado, que incluían decretar duelo nacional.

Las ceremonias quedaron en manos del Ejército, que lo homenajeó en su calidad de ex jefe de la institución, con una ceremonia apegada al estricto protocolo militar pero presenciada por miles de partidarios del ex dictador.

Cuando Bachelet era una joven estudiante de medicina, en enero de 1975, fue detenida junto a su madre, Ángela Jeria, por agentes del régimen de Pinochet, que las recluyeron en la cárcel secreta de Villa Grimaldi en Santiago.