Seis operaciones durante su carrera con los Yanquis de Nueva York, no fueron obstáculo para que Mickey Mantle demostrara un talento extraordinario en el terreno de juego.

Excelente bateador de contacto y poder, además de buen fildeo y velocidad en las bases, son sólo algunos de los dotes que exhibía. Mantle  también poseía una brazo certero a las almohadillas.

Mickey Charles Mantle nació el 20 de octubre de 1931 en Spavinaw, Oklahoma. Dio sus primeros pasos en el béisbol, gracias a su padre y  abuelo, quienes lo enseñaron a batear a ambos lados del plato.

Mantle era un chico muy atlético, que dividía el tiempo entre la escuela, béisbol, baloncesto, fútbol y ayudar en trabajos de minería a su padre, donde desarrolló la fuerza que le hicieron conectar 536 jonrones en las mayores.

A sus 16 años, un cazatalentos de los Yanquis lo observó, pero por la juventud éste prefirió firmarlo un año más tarde. Y fue en 1949 cuando los Mulos del Bronx llegaron a un acuerdo con el entonces campocorto Mantle.

Jugó 266 encuentros en los circuitos minoritarios, bateando .357 con 44 cuadrangulares. Debutó en Grandes Ligas el 17 de abril de 1951, para luego convertirse en uno de los peloteros más populares y mujeriegos de la historia del bate y la pelota.

Mantle tuvo una primera temporada decente, a pesar de que se lesionó intentando atrapar un elevado en los jardines. En 96 juegos, promedió .267, 13 batazos de cuatro esquinas y 65 carreras empujadas.

Al retirarse Joe DiMaggio en 1952, Mantle pasó al jardín central, donde empezó a destacarse como una verdadera superestrella. Elevó sus números a .311 con 23 vuelacercas y 87 remolcadas.

Mientras pasaban los años, Mantle seguía ganando buenas estadísticas y miles de fanáticos coreaban su nombre en el viejo estadio de los Yanquis de Nueva York.

Entre 1953 y 1954, el pelotero de 5 pies y 11 pulgadas disparó 21 y 27 tetrabases respectivamente, preparándose para conectar más de 30 estacazos en las próximos 8 temporadas en forma consecutiva.

En ese tramo, Mantle logró la Triple Corona  en 1956 y así  conquistó su primer premio de Jugador Más Valioso del nuevo circuito, al promediar .353, 52 cohetazos y 130 carreras empujadas.  

Mantle repitió el galardón de MVP en 1957, bateando .365 con 34 jonrones y 94 vueltas remolcadas. Los Yanquis fueron a la Serie Mundial por tercer año consecutivo, pero cayeron vencidos.

La batalla de jonrones.  Mantle era compañero de equipo de Roger Maris y ambos se enfrascaron tras la marca  de 60 vuelacercas de Babe Ruth, impuesta en 1927.

Mantle comenzó la campaña de 1961 como una tromba, pero Maris siempre se mantuvo cerca. La presión fue tan fuerte para Roger, que comenzó a perder el pelo y las amenazas de muerte  no cesaban.

Los fanáticos preferían que fuera Mantle quien desboronara la marca de Ruth. Sin embargo, se lesionó finalizando la temporada y llegó a 54 batazos de cuatro esquinas, su mayor cantidad en una estación, mientras que Maris se quedó con el récord.

Tras el triste final, Mantle regresó en la próxima campaña conquistando su tercer MVP,  al batear .321, con 30 jonrones y sólo 89 carreras empujadas.

Luego de 1962, Mantle comenzó a descender los números a causa de las lesiones y su vida alegre. Era adicto a las mujeres y un consumado beodo.    

Las cifras

2,401

Juegos.  Por los Yanquis de Nueva York han pasado innumerables jugadores. Sin embargo, Mantle es el pelotero con más partidos con los Mulos del Bronx. 

12

Participaciones en Series Mundiales.  Mantle bateó .257 en postemporada, pero ganó 7 coronas en 12 oportunidades en Series Mundiales. En el Clásico de Octubre, posee las marcas de carreras anotadas, más cuadrangulares y más vueltas producidas.

4

Lideratos en jonrones.  Mantle conquistó 4 encabezados de vuelacercas en 1955, 1956, 1958 y 1960.

Las claves

1.  Problemas con alcohol

 Mickey Mantle tuvo que ingresar en 1993  a  una institución para personas con problemas alcohólicos.  Murió en agosto 13 de 1995 a la edad de 63 años, luego de recibir un trasplante de hígado.

2.  Errático

Mantle fue firmado como campocorto, pero era muy malo. Su fuerte ofensiva lo llevó a ser jardinero.