Como soldados en un campo de minas, asustados y alertas, viven los indocumentados dentro de Estados Unidos y Puerto Rico, la incertidumbre de que un continente de agentes migratorios ataquen sorpresivamente, los capturen y sean victimas de las deportaciones masivas, como lo dispuso el mandatario norteamericano, Donald Trump.
Las ordenes se han ejecutado como caserías de brujas, o al menos así lo describen las personas que no tienen un estatus legal.
Venezolanos, haitianos, guatemaltecos, incluyendo los dominicanos no escapan de la angustia de no saber el momento, en el que tendrán que dejar de lado su anhelado «American Dream».
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Neyda una dominicana que tiene a penas año y medio residiendo de manera legal en la ciudad de Methuen de Massachussets en Boston, narra como dos criollas indocumentadas, abandonaron su lugar de residencia con el miedo de ser «agarradas».
«Ellas vivían aquí abajo en el sótano y las dos se fueron, ellas, vinieron por la vuelta de México, una era profesora, se la pasaban llorando, porque dejaron hijos entre los 14 y 5 años solos», reveló la mujer al periódico Hoy.
Asimismo, describió como «plays vacíos» las calles y lugares de recreación que habitualmente estaban con buena presencia de personas, luego del anuncio de las redadas.
Huyen de las deportaciones
Agregó que otra vecina que ya incluso tenía 3 empleos, se fue de la zona con su hija de cinco años, luego de que recibiera en la puerta de su casa «un documento en un sobre azul» identificado con las aterradoras siglas en rojo de ICE.
Regresos voluntarios
La cadena Univision 41 en Texas, trabajó el caso de un criollo que se viralizó en redes sociales, el joven identificado como Wilkin Hernández, quien llegó a territorio estadounidense después de cruzar el Río Bravo ayudando a cargar a una niña en el trayecto, fue detenido por autoridades migratorias.
«Cuando llegué aquí pensaba que era una cosa, y pues es otra», lamentó el criollo.
Recordó que su residencia en el país de los grandes sueños no es como lo pintan, ya que sufrió discriminación y otros ataques.
«Le aconsejo a la gente que no lo hagan porque pueden perder su vida, pueden perder su familia, allá con arroz blanco y huevo se sobrevive y uno vive feliz», exhortó Hernández a quienes piensan en realizar la peligrosa travesía.
Algunos de los criollos que llegan de forma voluntaria, expresan a las autoridades de Migración del Aeropuerto de Las Américas, que la situación de los nacionales que viven de forma ilegal en los Estados Unidos, es incierta, según explica el periodista Diógenes Tejada.
“Hay mucho pánico entre los dominicanos hasta el extremo que muchos lugares que siempre estaban repletos de criollos, lucen vacíos por la represión de las autoridades”; sostienen criollos a su arribo a la terminal de Las Américas.