La República Dominicana tiene que vencer varios lastres que estancan su desarrollo: la ausencia de reformas estructurales en la economía, la crisis del sector eléctrico, la falta de seguridad ciudadana, el monopolio del transporte de carga, las trabas de los códigos laboral y tributario, y ciertas debilidades en el contexto de la seguridad jurídica para las inversiones.
La apreciación es de Miguel Collado, economista senior del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees), quien planteó además que la última ronda de reformas estructurales se hizo en la década de 1990, por lo que tenemos un atraso en términos de renovar el Estado.
En tal sentido, explicó que la reforma fiscal aprobada este año, la séptima desde el 2000, lo que ha hecho es revertir lo bueno que se logró en 1992 y complicar aún más el sistema fiscal, por lo que en algún momento el país tendrá que abocarse a una verdadera reforma fiscal.
El pasado 10 de noviembre el presidente Danilo Medina promulgó la Ley sobre Reforma Fiscal, con cuyas disposiciones tributarias el Gobierno pretende recaudar RD$45,000 millones. El mandatario heredó de Leonel Fernández un déficit fiscal de RD$187,000 millones.
Collado, al insistir en el modelo tributario de los 90´s, explicó que entonces se redujeron o eliminaron muchos impuestos, se ampió la base y la presión tributaria subió sustancialmente.
Pero esta mal llamada reforma, este incremento de impuestos, pretende subir la presión fiscal en sólo 1%, por eso abogamos porque se reviertan sus aspectos negativos en el contexto de la producción.
Déficit fiscal, el mayor problema. Ernesto Selman, vicepresidente de CREES, afirmó que el déficit fiscal del Gobierno sigue siendo el reto mayor de la República Dominicana. Al hacer el planteamiento explicó que del 2008 al 2011 se registraron déficits fiscales de RD$54,000 millones anuales, equivalentes a US$1,500 millones.
El economista expresó que el principal componente del déficit fiscal es el sector eléctrico, al que cada año hay que inyectarle no menos de US$1,000 millones como subsidio.
Selman entiende que para 2013 el déficil alcanzará los RD$90,000 millones, aunque en el Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado se establece un monto de RD$70,000 millones.
Al ofrecer esos datos planteó que el país tiene la imperiosa necesidad de reducir sus deudas, por lo que planteó que el camino más expedito es la aplicación de una ley de responsabilidad fiscal.
Es una ley con la que se organizarían todos estos temas. Y se trata de una legislación que en nuestra región ha sido aprobada en seis países.
Porque no se puede tener un buen desenvolvimiento de una economía cuando no se cumplen las leyes, cuando no se respetan las disposiciones del presupuesto del Estado, refirió el experto.
Collado, al referirse al mismo tema, precisó que el déficit tiene otro apellido: el gasto.
De acuerdo con su argumento, el Estado dominicano ha crecido tres veces desde 2005 hasta 2012, porque el gasto creció en 51%.
El problema que estamos enfrentando es la dimensión del Estado y la excusa que siempre nos dan es la baja presión fiscal del país, pero en 2012 el 40% del Presupuesto del Estado se destinó al gasto público.
Se estima que la burocracia estatal alcanza una nómina de 600,000 personas.
Pero no se ve, dijo Collado, la intención de reducir el gasto, es lo que no se percibe en el presupuesto de 2013.
Al referirse al mismo aspecto Selman dijo que la pobre calidad del gasto incide en las deficiencias de los servicios públicos, lo que encarece los costos de los ciudadanos.
Como se ve RD. Al analizar las perspectivas de la economía dominicana, Collado planteó que los informes no son muy positivos a partir de las mediciones que hacen agencias internacionales.
En ese sentido, dijo que en el Indice de Competitividad del Banco Mundial -en un componente conocido como Doing Business- el país ha perdido 30 peldaños desde 2010.
Queremos atraer inversión, pero no estamos haciendo la tarea para traer al país un mayor flujo de capitales, expresó al destacar que la única forma de reducir la pobreza es creando las bases para la inversión.
Para crear una plataforma de negocios favorable hay que retomar las reformas estructurales.
Queremos atraer inversión externa, ahorro interno para que hayan procesos productivos nuevos, para aumentar el empleo y mejore la calidad de vida, pero el sistema tributario muchas veces entorpece esas metas.