Mientras en el país se protesta contra reforma fiscal; Obama subirá impuesto a ricos para reducir déficit

<STRONG>Mientras en el país se protesta contra reforma fiscal; Obama subirá impuesto a ricos para reducir déficit</STRONG>

WASHINGTON. AP. Ante una inminente calamidad económica, el presidente Barack Obama mostró el viernes su disposición a acordar concesiones mutuas con los republicanos, al declarar que no está «casado con todos los detalles» de su propuesta para evitar problemas económicos profundos y amplios en el año por venir.

Sin embargo, afirmó que su triunfo en las elecciones le ha dado un nuevo mandato para elevar los impuestos a los estadounidenses más adinerados. «La mayoría de los estadounidenses coincide con mi estrategia», dijo Obama, quien apenas el martes ganó la reelección.

El problema es que los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, discrepan profundamente de los planes del mandatario. El líder de la cámara baja John Boehner insistió en que un aumento de los impuestos como el impulsado por Obama «destruirá la generación de empleos en Estados Unidos».

Así comenzaron las maniobras políticas para evitar el llamado abismo fiscal y para definir cuál de los poderes —la Casa Blanca o la Cámara de Representantes— cumple más promesas a los votantes.

Del resultado dependen decenas de millones de estadounidenses, dado que las alzas en los impuestos y los recortes presupuestarios que comenzarían el 1 de enero podrían elevar el desempleo y provocar una nueva recesión. La agotadora campaña por la presidencia a duras penas concluyó.

En estas condiciones, Washington volvió rápidamente a algo que ha sido la norma en los años recientes: las discusiones al borde de que venzan los plazos, con un acuerdo sobre una meta crucial pero con una gran división sobre la mejor forma de llegar ahí.

Comentarios de Obama. Así, concluyó una campaña pero la otra ha comenzado. La Casa Blanca transformó rápidamente los comentarios de Obama en una solicitud de apoyo público.

Difundió un video mediante correo electrónico, para decir a muchos estadounidenses: «Este debate puede seguir empantanado en Washington o ustedes pueden asegurarse de que sus amigos y vecinos participen».

Obama invitó a los cuatro principales dirigentes del Congreso a la Casa Blanca, para sostener una serie de conversaciones la semana próxima, justo antes de que el presidente emprenda un viaje por Asia.

Aunque fijaron sus bases mínimas de negociación, todas las partes se mostraron dispuestas a ceder algo. «No quiero encerrarme en esto ni que alguien más lo haga», dijo Boehner en el Capitolio.

Obama nunca dijo expresamente que los impuestos para los más ricos deban volver a los niveles que tuvieron en la presidencia de Bill Clinton. Ello derivó en especulaciones de que el mandatario estaba dispuesto a relajar la postura que asumió durante la campaña en busca de un gran acuerdo con los republicanos en materia de deuda. «No estoy casado con todos los detalles de mi plan. Estoy abierto a las concesiones», dijo.

Portavoz de Obama. Pero su portavoz Jay Carney pareció cerrar esa puerta. Advirtió que Obama vetaría cualquier medida del Congreso que prolongue los recortes fiscales a personas que ganan más de 250 mil dólares al año.

La alocución de Obama estuvo rodeada de una suerte de coreografía tan precisa que un grupo de estadounidenses, con rasgos étnicos distintos, se paró detrás de él mientras hablaba, como para dar sentido de apoyo plural a sus iniciativas. Al Salón Este de la Casa Blanca acudieron decenas de invitados. En las próximas semanas, Obama seguiría apoyándose en varios ciudadanos para presionar al Congreso.

«No voy a pedir que los estudiantes, los jubilados o las familias de clase media paguen todo el déficit, mientras la gente como yo, que gana 250.000 dólares, no recibe la orden de pagar un centavo más en impuestos. No voy a hacer eso», señaló Obama.

Dijo que los votantes respaldaron claramente su postura, según la cual, se necesitan alzas de impuestos y recortes del gasto para reducir la deuda. «Nuestro trabajo ahora es lograr que una mayoría en el Congreso refleje la voluntad del pueblo estadounidense», afirmó.

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