Mientras la Asamblea Revisora se apresura a  conocer lo que resta del  proyecto de nueva Constitución sometido por el Poder Ejecutivo, usurpando funciones y poderes propios de la Asamblea Constituyente porque el número de artículos sobrepasa el contenido de la Constitución actual, e introduce  reformas importantes al sistema y a la estructura de  poderes establecidos, lo que escapa a su competencia;

Mientras  los legisladores, con vista a las elecciones congresuales y municipales que se les viene encima se aprestan a abandonar la bancada constitucionalista para cazar votos clientelares de su partido.

Mientras  a toda carrera se aprueban artículos aberrantes que colocan a la nueva Constitución,  como la más anacrónica y conservadora que hemos tenido desde la fundación de la República.

Mientras,  por otra parte, se rechaza todo intento de adecentar la política y moralizar el manejo de la cosa pública, y se consagran, con rango constitucional, leyes existentes que el poder establecido  viola y desconoce con absoluta impunidad.

Mientras el Presidente de la República amarra la chiva, quién sabe con qué  intenciones,  concertando acuerdos de aposento con el candidato del partido ¿opositor? PRD y con los dirigentes oficialistas del desplumado Gallo Colorao.

Mientras los escándalos de corrupción se suceden, con el callado asentimiento de la inefable Comisión Gubernamental de Ética, la anuencia del Depreco,  la Procuraduría General de la República y  la Suprema Corte de Justicia que impugna la creación de un tribunal de garantías constitucionales.

Mientras la misma Suprema, amenazada con su desmantelamiento, engaveta el Recurso de Inconstitucionalidad contra la Ley 70/09, que  viola la Constitución repetidas veces y   en cambio conoce y falla históricamente el caso Sun Land.

Mientras despedaza a Los Haitises, y se pone en peligro  la riqueza natural de todo un sistema de equilibrio ecológico, el más importante de la región, víctima de la voracidad sin límites de  sempiternos depredadores.

Mientras se sigue aumentando de manera escandalosa y grosera el endeudamiento y el gasto público para sostener nóminas y nominillas cancerígenas y obras y actividades faraónicas tan innecesarias como contraproducentes.

Mientras el pueblo languidece y es empobrecido sin tener asistencia ni ayuda que mejore su calidad de vida  apenas atenuada por dádivas que denigran y envilecen.

Mientras la seguridad ciudadana se estremece por la  ola de crímenes y asaltos y el auge del narcotráfico que permea todas las instancias del gobierno con salvadas y valientes excepciones,  y a la sociedad como un todo.  

Mientras se glorifica el primer centenario del  nacimiento del creador de los dos grandes partidos con opción de poder,  renegando con sus hechos, las excelsas virtudes y   enseñanzas del Profesor.

Mientras el alma de Juan Bosch, cual la de Don Damián, asombrada de tanta falsedad y apostasía, se ríe a mandíbula batiente o sufre ante tanta abyección.    

Mientras todo esto acontece bajo la total indiferencia y tolerancia de gobierno actual y su Presidente, y la complicidad de los poderes fácticos del sistema, que le hacen el juego   indecoroso.

Mientras  el pueblo bueno, el pueblo sano, el pueblo consciente que todavía cree en la justicia y en la democracia se pregunta ¿y valdrá la pena votar de nuevo, cambiar a zutano por mengano para recibir más de lo mismo? ¿Dónde queda el rumbo diferente, dónde está el cambio para lo mejor?