MARIEN ARISTY CAPITÁN
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Apenas dos horas y media bastaron para demostrar lo escalofriante de la situación: fueron 629 las veces que los conductores violaron la luz roja de los semáforos durante un operativo de medición que realizó la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) en diversas calles del casco urbano de la ciudad, comprendido desde el  Malecón hasta la avenida John F. Kennedy y de la Máximo Gómez hasta la Luperón.

El operativo, tal como explicó el director general de la institución, general Latif Miguel Mahfoud, se llevó a cabo en horario de 7:30 a 10:00 de la noche. Eso implica, evidentemente, que las violaciones diarias tienen que pasar de mil.

Para corroborarlo sólo hay que ponerse a pensar en nuestro trayecto diario hacia y desde el trabajo: no hay un solo día en el que no se nos cruce uno en rojo.

Lo peor es que lo hacen, y que me perdone Miguel Mahfoud, frente a la cara de los propios AMET, quienes no hacen absolutamente nada por remediarlo ni evitarlo. ¿Quiere comprobarlo? La Ortega y Gasset con Kennedy es un excelente lugar, donde: todo el mundo dobla hacia la izquierda aunque está prohibido. Los AMET que hay allí apostados: ¡bien, gracias!

La última vez que estuve a punto de chocar fue ayer, cuando cruzaba una calle y se me metió un motorista en vía contraria (ah, a esos nadie les dice nada). Las demás, de tan frecuentes, dejé de contarlas.

Porque, ¿qué hacer cuando las autoridades están conscientes de la situación pero todo sigue igual? Presignarse y maldecir a los gobiernos que se niegan a invertir en educación porque eso es lo que nos falta.