Miércoles Santo: Reflexiones sobre la traición de Judas y el inicio de la Pasión

Miércoles Santo: Reflexiones sobre la traición de Judas y el inicio de la Pasión

En la antesala del Triduo Pascual, el Miércoles Santo representa una jornada de profunda introspección y recuerdo de la traición de Judas, tal como relata el Evangelio de San Mateo. Este día marca el fin de la Cuaresma y nos prepara espiritualmente para los acontecimientos más solemnes del calendario cristiano: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Según el relato evangélico, luego de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén durante el Domingo de Ramos, el Sanedrín —el tribunal religioso judío— se reunió para planificar la entrega de Jesús a la muerte. En este contexto, Judas Iscariote concreta su traición, vendiendo a Jesús por treinta monedas de plata.

La tradición indica que Jesús pasó el Miércoles Santo en Betania, en casa de Simón, mientras las autoridades religiosas tejían en secreto los hilos de su condena. Así, este día se convierte en el umbral del misterio pascual, abriendo paso a los días más intensos de la fe cristiana.

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El mensaje del Evangelio y la Primera Lectura

La liturgia de hoy, centrada en el libro de Isaías (50, 4-9a), presenta la figura del siervo sufriente, una prefiguración de Cristo que asume el dolor sin resistencia, pero con plena confianza en Dios:

“El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba”.

Esta lectura resalta el valor de la entrega, la obediencia y la esperanza ante la injusticia. Un llamado, no solo al recuerdo, sino también a vivir con autenticidad el camino del Evangelio, especialmente en tiempos de adversidad.

Prácticas y tradiciones en este día

En otras tradiciones cristianas, como la anglicana y la metodista, el Miércoles Santo se caracteriza por servicios de tinieblas y colectas especiales, que subrayan el recogimiento y el luto ante la inminente crucifixión. Las celebraciones en todo el mundo coinciden en un punto central: la penitencia y la reflexión sobre la Pasión de Cristo.

Este día invita a examinar el propio corazón, a reconocer las propias traiciones y flaquezas, y a buscar la reconciliación con Dios. Es el último día completo de la Cuaresma, antes de que el Jueves Santo inaugure el Triduo Pascual con la celebración de la Última Cena.

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