Ambos participaron en el primero de una serie de seminarios sobre las relaciones entre Haití y República Dominicana organizado por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña
El éxodo desproporcionado de haitianos ilegales está devorando los frutos del pluralismo dominicano, y junto a la estancada economía de Haití y el deterioro progresivo de su ingreso per cápita, actualmente representan algunos de los mayores peligros para la República Dominicana, la que hoy lucha contra la indiferencia internacional para solucionar dichos problemas.
Estos y otros importantes aspectos de la crisis haitiana fueron analizados ayer por un grupo de pensadores y analistas, en el Foro UNPHU de Estudios Sociales titulado “Presente y Futuro de las Relaciones Con Haití: los desafíos de una buena vecindad”.
Expositores como los destacados escritores e historiador Miguel Reyes Sánchez y José Miguel Soto Jiménez consideran la crisis haitiana como una situación real de calamidad y humanitaria muy preocupante, pero observan que RD no las puede cargar sobre sus hombros.
“Haití recayó reiteradas veces en el caos, entre formaciones rivales resultantes de la inestabilidad, la debilidad del Estado, las pugnas entre facciones dominantes y la élite haitiana, que constantemente lo que ha hecho es llevarse el dinero de los haitianos y no invertirlo en su país, lo cual lo está llevando a una pobreza crónica”, dijo Reyes Sánchez, quien citó los diversos momentos caóticos que han vivido en los últimos años.
En su ponencia el expositor destacó que como la República Dominicana no cuenta con los recursos económicos necesarios para la reconstrucción de Haití, es necesario promover la movilización de fuentes de ayudas extranjeras. “Tenemos en este momento más parturientas haitianas, que las dominicanas, aunque algunas personas no les gusta que lo digan”, aseguró Reyes Sánchez.
En el caso del ex encargado del hoy Ministerio de Defensa José Miguel Soto Jiménez, tras saludar el Foro organizado por la UNPHU, comparó la situación que vive el vecino Haití con Somalia. “En Haití no hay Estado. Es la desaparición del Estado. Lo que más se me parece a mí es a Somalia. Las bandas dominan el juego, se nutren del secuestro, los atracos y la piratería internacional inclusive”, dijo el militar retirado.
Soto Jiménez culpó a los últimos presidentes de la República Dominicana de tener el mismo discurso de reclamo de ayuda a los países, en lugar de enfocarse en lo que hará RD en el futuro.
“Hay que hablar de los que vamos a hacer con el gravísimo problema que tenemos”, exclamó.
Al hacer mención de la frontera RD-Haití, Soto Jiménez fue claro al advertir que esta es pluridimensional y no se limita los 376 kilómetros, ya que esta pasa por los hospitales, maternidades, el mercado de trabajo y las escuelas dominicanas.
Advirtió que no se trata de odio, racismo o resentimiento histórico, como muchos tratan de proclamar sin razón, sino que, es una realidad que el cruce sin control y constante de los migrantes haitianos se está tragando el 4% de la educación dominicana, la seguridad social y cualquier otro avance social , que desde la muerte del dictador Trujillo le ha costado mucho sacrificio a todos los dominicanos.