Neurólogo internista del Departamento de Neurología del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS).
La migraña es muy frecuente. Afecta al menos a uno de cada siete adultos en todo el mundo y es hasta tres veces más común en mujeres que en hombres, una diferencia que se debe a factores hormonales.
La migraña puede causar un dolor pulsátil intenso o una sensación de latido en la cabeza, generalmente de un solo lado. Suele estar acompañada por náuseas, vómitos y una sensibilidad extrema a la luz o al ruido.
Esta es una de las diez principales causas de discapacidad, pero esta enfermedad sigue siendo mal tratada y poco diagnosticada. Hasta un 40 % de los pacientes podría estar sin diagnosticar y el 25 % de ellos no han consultado nunca su dolencia con el médico.
La migraña generalmente comienza en la pubertad y afecta sobre todo al grupo de 35 a 45 años, aunque también puede manifestarse en personas mucho más jóvenes e incluso en niños.
Esta condición ha sido estudiada mejor que otros tipos de cefalea crónica.
Aún no se comprenden las causas de la migraña, que se considera una cefalea primaria en la que factores genéticos y ambientales parecen jugar un papel.
Las migrañas pueden ser causadas por cambios en el tronco cerebral y sus interacciones con el nervio trigémino, la vía principal del dolor. Y a menudo la condición, que se caracteriza por episodios recurrentes, dura toda la vida.
Hay desequilibrios en las sustancias químicas cerebrales, incluidos el péptido relacionado con el gen de la calcitonina y la serotonina que ayuda a regular el dolor en el sistema nervioso.
Los investigadores aún siguen estudiando el rol de la serotonina en las migrañas, pues hasta ahora se sabe que los niveles de serotonina disminuyen durante los ataques de migraña, lo que puede provocar que el nervio trigémino libere unas sustancias llamadas neuropéptidos que viajan hasta la membrana externa del cerebro (meninges) y, como consecuencia, se produce el dolor de la migraña.
Los episodios ‘migrañosos’ pueden generar mucho dolor durante horas o días, y pueden ser tan intensos que causen un dolor incapacitante, lo que empeora la situación es que las personas del entorno no siempre comprenden que un dolor de cabeza pueda provocar situaciones que impiden las labores diarias de la vida.
Los síntomas de advertencia, que se conocen como «aura», pueden aparecer antes del dolor de cabeza o junto con él. Entre ellos se incluyen ver luces destellantes, tener puntos de ceguera o sentir hormigueo en una parte de la cara, el brazo o la pierna.
Los dolores de cabeza (cefaleas) pueden causar un sufrimiento considerable, reducir la calidad de vida y producir pérdidas económicas debido al ausentismo laboral y los gastos en medicamentos.
Los episodios repetidos y el temor, a menudo constante, a un nuevo episodio pueden alterar la vida familiar, social y laboral. Sin embargo, muchas personas, entre ellas profesionales sanitarios, tienden a considerar las cefaleas como molestias menores o triviales. lo que hace que la carga física, emocional, social y económica que suponen las cefaleas no sea debidamente reconocida.