La reelección se ha constituido, conforme ilustré en mi entrega de ayer, en una desgracia nacional peor que todos los fenómenos telúricos y atmosféricos que hemos padecido desde que tenemos referencias históricas.  Es río sonoro desbordado que considera que el presidente Leonel Fernández intentaría una tercera intención de acceder al solio presidencial y una segunda reelección, siendo el primero que motivó unas 37 reformas de la Constitución para entre otros pormenores, prohibir la reelección y contradecirse para una nueva modificación para un solo artículo que anule la prohibición a reelegirse, luciría todo menos honesto.

El presidente del PRD, único partido de oposición y por vía de consecuencia, quien sucederá al PLD en el poder tarde o temprano, no hay otra alternativa visible hoy en día, ingeniero Miguel Vargas, puntualizó el 28 de octubre último que para modificar la Constitución se necesitaría la mayoría de la Cámara de Diputados, que controla el PRD con 75 de 183 legisladores, descartando cualquier intento de modificar la Carta Magna. 

Hay otro valladar para un intento reeleccionista y es el factor económico en el tiempo previo al certamen cívico cuando apreciamos que la deuda externa en 2004 era de US$7,377.76 MM dejada por el presidente Hipólito Mejía, saltó a US$9,129.77 MM en 2008 (El Caribe 27-10-08) y hoy es de US$14,161.7 MM y un déficit fiscal para este año de US$13 mil MM conforme certifican el FMI, Banco Central y Hacienda, un subión de US$6 mil millones.

No obstante ese frenesí de endeudamiento, el país producirá este año US$50,930 MM, o US$139.5 MM diarios y en 2009 generó US$47 mil MM, montos que no justifican esos acelerados compromisos, que no han repercutido ni en la calidad y aumento de la educación, salud y la pobreza arropa a 877,988 hogares conforme estudio de SIUBEN, Diario Libre 27-05-10, y el PNUD afirma pobreza afecta el 48.5% de la población (El Caribe 11-11-10).