TIJUANA. Un flujo consistente de migrantes centroamericanos ha estado encontrando maneras de treparse, pasar por debajo o colarse por el muro fronterizo en Estados Unidos para plantar los pies en suelo estadounidense y pedir asilo.
En semanas recientes, el hondureño Joel Méndez alimentó a su hijo de 8 meses, Daniel, antes de pasárselo a su compañera, Yesenia Martínez, que se había arrastrado por un hueco en el suelo bajo el muro, aflojado por las lluvias.
Un grupo de jóvenes se subieron sobre el muro en San Ysidro, California, con esperanzas de un boleto a una vida mejor. Un migrante ofreció ayuda a los otros para bajarse a suelo estadounidense.
Todos ellos buscaban evitarse la larga espera oficial en el lado mexicano para presentar una solicitud de asilo, prefiriendo cruzar el muro y entregarse a los agentes fronterizos estadounidenses.
La semana pasada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dijo que el sector de San Diego había experimentado “un aumento ligero” en el número de familias que ingresaban ilegalmente a Estados Unidos con el objetivo de pedir asilo.