Migrantes se dirigen hacia la capital de México

Migrantes se dirigen hacia la capital de México

Central American migrants pack into the back of a trailer truck as they begin their morning trek as part of a thousands-strong caravan hoping to reach the U.S. border, in Isla, Veracruz state, Mexico, Sunday, Nov. 4, 2018. Thousands of wary Central American migrants resumed their push toward the United States on Sunday, a day after arguments over the path ahead saw some travelers splinter away from the main caravan, which is entering a treacherous part of its journey through Mexico. (AP Photo/Marco Ugarte)

Miles de exhaustos centroamericanos fijaron el domingo la vista en la Ciudad de México, después de un extenuante trayecto a través de una parte de México que ha sido particularmente peligrosa para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
La mayoría de los aproximadamente 4,000 migrantes llegaron a la ciudad de Córdoba, en el estado de Veracruz en el Golfo de México, una puerta al centro del país a unos 200 kilómetros (124 millas) de su parada previa. El trayecto del día fue uno de los más largos hasta el momento, a medida que los migrantes exhaustos intentan avanzar a pie y pidiendo aventón hacia la frontera de Estados Unidos aún a cientos de kilómetros de distancia. No está claro a qué parte de la frontera se dirigirán eventualmente, pero su más reciente noche en Veracruz podrá ser una de las últimas antes de dirigirse a la Ciudad de México, desde donde podrían a una variedad de destinos.
En la capital podrán recibir apoyo adicional, aunque las autoridades mexicanas parecen debatirse entre ayudarlos u obstaculizar su viaje. Manuel Calderón, de 43 años, un migrante de El Salvador, sabía cuántos kilómetros le quedaban por recorrer y dijo que quería «apresurar el paso». Huía de la violencia de su país y soñaba con regresar a Estados Unidos, de donde fue deportado hace poco más de dos años.
En el camino, fue recibido por mexicanos que le ofrecieron ayuda. Catalina Muñoz dijo que compró tortillas a crédito para hacer tacos de frijoles, queso y arroz cuando se enteró que la caravana migrante pasaría por Benemérito Juárez, su pequeño pueblo de 3,000 habitantes. Reunió a otras 15 personas para hacer los tacos, llenar botellas de agua y llevar fruta a los agotados viajantes a pie de la carretera.
Mientras los migrantes comenzaron a llenar los centros deportivos en Córdoba, otros ya habían subido a camiones de carga rumbo a Puebla e incluso a la Ciudad de México. Algunos pocos llegaron a un estadio en la capital y se recostaron en las gradas, un día después de que las divisiones asolaran a la caravana sobre qué ruta tomar. Algunos estaban frustrados después de que los organizadores fracasaron en su intento de obtener autobuses luego de tres semanas de trayecto. Otros estaban enojados por tener que cruzarel estado de Veracruz, que llamaron la «ruta de la muerte». La trayectoria a través de los cañaverales y huertos de frutas llevó a la mayoría por un estado en donde cientos de migrantes han desparecido en años recientes, víctimas de secuestradores en busca de rescates. En septiembre las autoridades veracruzanas dijeron que hallaron restos de al menos 174 personas en fosas.

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