Hoy 
POR MARIVELL CONTRERAS
A Miguel Angel Bonifacio lo conocí en los pasillos del periódico HOY, donde una vez trabajó como fotógrafo. Entonces no sabía de él más que eso, que era fotógrafo. Más tarde y cuando ya pertenecía a nuestro staff empecé a verlo en los medios de comunicación a través de sus participaciones en concursos de fotografía y a que en muchos casos resultaba ganador.
Eso me hizo entender que no era un simple fotógrafo, sino un buen fotógrafo. Uno que hace arte con su objetivo óptico, pues siempre sabe lo que está buscando.
Hace unas semanas Miguel Angel Bonifacio me llamó para poner a consideración un documental que había realizado, con lo que me enteré de que además es graduado de cinematografía en la UASD.
Le dije que estaría encantada de ver su trabajo y luego de verlo y confirmar que es un buen trabajo y que valió la pena el esfuerzo y que el mismo puede servir a la vez para concienciar sobre un problema puntual que para disfrutar de una obra de arte.
Quise saber un poco más de este proyecto, que Bonifacio me advirtiera está dedicado a la memoria de Lucrecia Pérez, dominicana asesinada por xenófobos en el 1992, que entonces encendió la luz de la solidaridad con sus compatriotas y con los demás inmigrantes residentes en España.
A 13 años de la muerte de Lucrecia. Cuando la luz de la solidaridad parece apagarse, Miguel Angel Bonifacio viene a contar su historia y la historia de muchos otros y otras migrantes que han buscado refugio en España como si en verdad la consideraran su «madre patria».
Así nació Emigrantes «rumbo a la madre patria», el documental de Miguel Angel Bonifacio que grabara entre el 2003 y el 2005 en Madrid, Vicente Noble y Santo Domingo.
No es la primera vez que este documentalista trabaja el tema de los inmigrantes en relación a su presencia y residencia en España. Antes ya había realizado: «El metro de Madrid: submundo».
Y es que Bonifacio empezó a ir a Madrid en el 1997 cuando fue a estudiar fotografía y periodismo gráfico y su sensibilidad artística fue tocada por la realidad de la comunidad dominicana allí «y sentí deseos de denunciar sus problemas y darlos a la luz pública con el objetivo de orientar y presentar lo que veía que no estaba bien».
Sostiene que desde aquí el Metro se ve como un medio de transporte del primer mundo, pero que allá es una mezcla de contrastes ricos, pobres- «lo que llamó mucho mi atención».
MC: ¿Por qué documentales?
Bonifacio: «El hecho de ejercer el periodismo gráfico hace que uno enfrente con la realidad lo que permite ser fuente de inspiración para contar historias en movimientos, más amplias».
Porque Bonifacio también realizó otros documentales, como el que llamó «El Pico Duarte: techo del Caribe» y «Palacio de Bellas Artes», pero ahora, y es la razón por la que acudió a nosotros quiere darle mayor proyección a su trabajo y que todo el pueblo pueda disfrutarlo.
Bonifacio no quiere hacerlas de maestro con este trabajo, lo que quiere es «informar de manera objetiva, que la gente sepa de lo que sucede en ese país. Que lo vean la gente que quiere viajar a España».
Porque lo que disparó el resorte de este nuevo trabajo fue una información aparecida en Diario Libre que daba cuenta que los currículos depositados con tanto entusiasmo por la gente en la Secretaría de Trabajo con intención de conseguir trabajo en España había sido tirados inmisericordemente a la basura un par de días después.
«No es un espectáculo. Es un documental», explica. Dice que está buscando patrocinio para hacer una gala para los medios, luego una premier para invitados especiales y luego presentarlo en cada pueblo del Sur y demás interesados.
«Estoy buscando el apoyo de instituciones que posibiliten que este documental pueda ser visto de manera gratuita, ya sea en lugares cerrados, abiertos o por televisión», expresa.
Para realizar este documental Miguel Angel Bonifacio viajó en tres ocasiones a España y dos a Vicente Noble. En ambos lugares recabó información sobre Lucrecia Pérez a través de su familia y sus amigos y de las instituciones e intelectuales que trabajaron con el tema a raíz de su criminal muerte.
MC: ¿Qué conciencia te dejó este trabajo?
Bonifacio: «Que debo tratar de cambiar algunas cosas para que mejore la situación de mis paisanos y la conciencia de los españoles. Tratar de abrir fronteras si es que se puede».
Uno de los testimonios más abrasadores que recibió Bonifacio fue el que le ofreció la hija de Lucrecia Pérez, que era una niña cuando su madre se fue en busca de ofrecerle una mejor vida, quien tiene entre sus más anhelados sueños irse a estudiar derecho al país que no comprendió a su madre y que se la devolvió muerta.
Esta realidad es la que lo hace a veces añorar la ficción, por eso no descarta que su próximo trabajo se salga de lo real para recrear el imaginario.
DEL DIRECTOR
Licenciado en Cinematografía y Medios Audiovisuales en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, (UASD). 1991-93 (Técnico en Artes Cinematográficas), 2001-2003 (Licenciatura)
Se inicia en los Medios Audiovisuales a principios de los años 90 en Teleantillas, cuando apenas cursaba el tercer semestre de Cinematografía, aunque ya antes había realizado cursos extracurriculares: como fotografía, producción y realización de televisión en la Universidad APEC y el Instituto Domínico-Americano respectivamente. En España, estudió fotografía avanzada y Periodismo Gráfico en la Escuela Española de Fotografía.
Como profesional, ha compartido la realización de videos con la de reportero gráfico, siendo el periódico Diario Libre, la revista Rumbo y el periódico Hoy, los medios que les dieron la oportunidad de contar a través de las imágenes hechos y situaciones, sirviendo como fuente de inspiración para sus realizaciones de documentales.
En el soporte del video, ha realizado varios documentales: El Pico Duarte «Techo del Caribe», El Palacio de Bellas Artes, Metro de Madrid «sub.-Mundo», este último obtuvo el Primer premio al mejor documental, en el Festival de Cortos de la Escuela de Cine de la UASD, y el Centro Cultural de España.
Como fotógrafo ha participado en varias exposiciones colectivas y concursos fotográficos, obteniendo tres primeros lugares, de cuatro categorías en el CONCURSO FOTOGRAFICO «LA PALABRA GRAFICA» Feria Internacional del libro Santo Domingo 2005, el Primer lugar de FOTOPERIODISMO, en la Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2002.
