El 11 de octubre del 2009, Miguel Ángel Sanó se sentó en el Metrodome de Minneápolis para presenciar el Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Americana entre los Mellizos y los Yankees.
El dominicano, de 16 años en ese momento, acababa de firmar con los Mellizos por US$3.15 millones luego de un proceso complicado y algo controversial en torno a su edad auténtica y la competencia por sus servicios.
Desde aquel día-que por causalidad marcó el último partido de béisbol en el estadio techado de Minnesota- han pasado muchas cosas en la carrera de Sanó: Amplio bateo en liga menor, una cirugía Tommy John para repararle el codo derecho, una buena temporada de novato en las Mayores en el 2015, un intento de cambio de posición y un bajón en el 2016 que por poco resulta en un descenso a liga menor. A sus 24 años, Sanó parece estar alcanzando la madurez necesaria para triunfar.