Llegar a las mayores es algo difícil, no solo por el arduo trabajo que lo mismo conlleva sino también por el ritmo de vida que llevan los peloteros, viajando la mayor parte del tiempo.

Y la cosa es aún más grave si se trata de un latino, ya que los jóvenes de América del Sur y el Caribe son sometidos a un cambio cultural que muchas veces es enorme.

Pero si usted analiza el caso del joven venezolano José Miguel Torres Cabrera, entonces las cosas van un paso más allá.

Con apenas 20 años de edad, Torres Cabrera ya tiene un anillo de campeón y la estampa de que no puede fallar, algo que podría influir negativamente sobre algunos, pero no sobre este caballero.

“No siento presión ante las expectativas que hay sobre mi persona”, declaró el venezolano al conversar con redactores de HOY antes del partido de ayer tarde contra Puerto Rico.

Y aunque reconoce que las cosas le han llegado muy rápidamente, tiene los pies sobre la tierra y por eso no se desespera ni pierde la serenidad ante los sucesos.

“Yo todavía no me he establecido en las mayores”, opinó el hombre que ha jugado en el siore, la tercera y los jardines, donde ganó reconocimiento con los Marlins de La Florida el año pasado.

“Tengo que jugar un par de años más siendo consistente para poder decir que estoy establecido”, añadió. “Mi meta es establecerme. Eso es lo que espero, tener salud y poder jugar una temporada completa”.

IVAN HARA FALTA

Cabrera ganó un campeonato en su primera temporada en las mayores, que de hecho fue de media temporada ya que comenzó a jugar para el 15 de julio y participó en 87 encuentros. Esta experiencia claramente marcó al venezolano.

“Ese campeonato significó mucho para mi porque me ayudó a aprender mucho como pelotero”, dijo.

Pero en el 2004 Cabrera regresará a unos Marlins que ya no cuentan con Iván Rodríguez, quien se convirtió en agente libre y firmó con los Tigres de Detroit hace unos días.

“Todo el mundo va a extrañar a Iván, al igual que a (Ugueth) Urbina, pero el béisbol es un negocio y esas son cosas que suceden”, comentó.

Agradeció el apoyo que sus compañeros de equipo le dieron durante la pasada temporada de las Grandes Ligas y entendió que de no haber sido por ellos, quizás, las cosas no habrían sido iguales.

Señaló la importancia de jugar en la pelota del Caribe durante el invierno y reveló que los Marlins inicialmente no querían que jugara para su nativo Aragua, pero logró convencerlos.

“Uno latino de sangre caliente siempre tiene que estar jugando ya que eso ayuda a mejorar día a día”.