POR SOILA PANIAGUA
El director general de Aduanas, Miguel Cocco Guerrero, exhortó a todos los sectores del país a reconocer la importancia de la reforma fiscal, no solo su impacto en el ámbito económico, sino también social y político.
Afirmó que el Estado, el sector privado, los partidos Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano «tienen que entender que la reforma fiscal no es un escarceo político donde se busca determinar quién gana más o quien gana menos, sino que se trata de un requerimiento para que el país dé un salto hacia el futuro».
Manifestó que es al Estado y al pueblo dominicano a los que les conviene que la reforma fiscal sea aprobada ahora y no al gobierno ni al Partido de la Liberación Dominicana, como creen algunos sectores empresariales y políticos.
«El gobierno no quiere imponer las medidas contempladas en la reforma fiscal, sino que se logren mediante el consenso, ya que le interesa trabajar con un nivel de ingresos como el que ahora se recauda», dijo.
Expresó que el gobierno lo que aspira es a una reforma neutra, que capte los ingresos que dejará de recibir como consecuencia de la entrada en vigencia del tratado de libre comercio, por lo que no se justifican los escarceos de miembros del sector empresarial y de partidos políticos.
No obstante, opinó que es necesario cambiar las figuras impositivas a través de las cuales se captan esos recursos, ya que la comisión cambiaria y los aranceles tienen que ser desmontados, como lo establecen los acuerdos con el FMI y los tratados de libre comercio.
Opinó que si el Partido de la Liberación Dominicana tiene que asumir solo y aisladamente la reforma fiscal lo hará, porque el gobierno tiene dos años para plasmar las exigencias del Fondo Monetario Internacional.
En ese orden, añadió que «y ese tiempo a quien más perjudica es al sector privado, que tendría que esperar para la apertura de la economía y para el desmonte arancelario».
«No es el gobierno el que tiene premura de la reforma fiscal, es la sociedad y el Estado dominicanos los que tienen la urgencia de la reforma, por lo que no se justifican los escarceos que ahora hacen algunos representantes del sector empresarial y político que buscan torpedear su aprobación», dijo Cocco.
Expresó que el Gobierno está cómodo en término de los recursos que recibe por vía de los mecanismos tributarios, pero que entiende que el proceso de globalización y los tratados de libre comercio sacan a muchas empresas del sector privado del proceso de competitividad.
«Si yo fuera el gobierno, yo soy una parte ínfima del gobierno, no me conformaría con una reforma fiscal neutra, que lo que hace es conservar una relación de tributación en la cual los ricos sólo pagan un 18 % de los impuestos, mientras que los pobres y la clase media pagan un 82%, lo que hace que prevalezca una gran brecha entre esos dos sectores», opinó al participar en un programa de televisión.
Manifestó que la reforma fiscal favorecerá a los inversionistas, porque se beneficiarán con el desmonte del 13% de la comisión cambiaria y con un 3% del desmonte arancelario, lo que significa que dispondrán de recursos equivalentes al 16% de los impuestos que pagan ahora, con lo cual pondrán importar más, renovar sus tecnologías.
Asimismo, tendrán menos requerimientos de ir a los bancos en busca de dinero y podrán capacitar a su personal, lo que les está proporcionando el Estado a través de la nueva reforma.
Reconoció que sobre el sector productivo nacional gravitan tres factores negativos que son las figuras tributarias actuales que inciden en los costos de producción.
También la falta de innovación tecnológica para que haya menos desperdicios y la mano de obra sea mejor aprovechada y el alto costo de la energía eléctrica que afecta sensiblemente la producción nacional.
«¿Qué es lo que está a nuestro alcance de inmediato, como gobierno?», se preguntó para responder que el anular las figuras tributarias que recargan el inicio del costo de producción, que encarecen la materia prima y retrasan la innovación tecnológica.
En tanto que el problema de la energía eléctrica explicó es más complejo, porque se debe a que el 55% de la población no paga ese servicio, en desmedro de un 45% que lo paga, situación que, a su juicio, no podrá ser superada hasta que toda la sociedad entienda que debe pagar ese servicio, lo que incidirá positivamente en la competitividad del sector productivo.
«El gobierno», entendiendo esa situación, «se coloca en la capacidad de aceptar una modificación tributaria neutral, renunciando a figuras impositivas que están seguras, que se producen al principio del proceso productivo, para otorgarle al sector del poder económico figuras impositivas que se verifican al término del proceso productivo».
Expresó que eso significa que el gobierno, con la reforma fiscal que se propone implementar, dejará de tener recursos económicos a mano, para luego buscar recursos que hay que comprobar sobre libros y no al inicio del proceso productivo.
«Aunque sabemos que la nueva reforma perjudica al Estado en la captación de los recursos, estamos en el total convencimiento de lo que significa una apertura tributaria para poder lograr la competitividad con Centroamérica, y lo que se está haciendo con la reforma propuesta es renunciar a recursos seguros por los que hay que buscar», precisa Cocco.
Manifestó que al gobierno, con la propuesta de reforma fiscal, lo que le interesa es que el sector privado esté en capacidad de competir productivamente, pero que, sin embargo, se han dado escarceos por parte del sector privado, donde cada grupo «lo que quiere es un traje a su medida, y han llegado algunos a pedir los pantaloncillos y las camisetas a sus medidas, (lo que) no es posible».
Sostuvo que esa parte del sector privado que ahora cuestiona la reforma fiscal, busca ganar el apoyo político sobre la base de la iniquidad, que es echar para atrás los avances logrados.
Cocco reconoció, sin embargo, que un amplio sector privado está consciente de la necesidad de la reforma y ha dado todo su apoyo a las propuestas que impulsa el gobierno.