El receptor dominicano Miguel Olivo está muy molesto con la situación que le ocupa junto a los Reales de Kansas City.

Y es comprensible, Olivo está teniendo la mejor temporada de su carrera en números, pero el dirigente Trey Hillman no le está dando el juego que entiende se merece.

Y por eso, el cibaeño ha dicho que ya es suficiente y que no tiene planes de volver con la organización que lo contrató antes de iniciar esta temporada.

“Diablos no, no pienso volver”, dijo Olivo al diario Kansas City Star al ser cuestionado sobre sus intenciones de regresar para una próxima temporada en el 2009.

“No sé lo que sucedió”, agregó. “Creo que no le caigo bien a Hillman. No lo sé. No hay forma. Estoy ahí, hago mi trabajo. Trato de hacer lo mejor. Cada vez que salgo al terreno voy y hablo con los coaches, pero nadie me escucha. Eso es lo que creo, pero sé que soy un buen jugador. Todo el mundo lo sabe. Puedo jugar en cualquier sitio”.

El poco juego del dominicano no se explica, mucho menos porque al principio del año jugó mucho, en 44 de los primeros 68 partidos.

Sin embargo, en los últimos 65 encuentros solo ha participado en 26 encuentros.

Ha hecho 42 aperturas como receptor, comparadas con las 91 de John Buck, quien está bateando para .224, con ocho jonrones y 41 remolcadas en 93 partidos y 322 turnos al bate.

Si comparamos con Olivo, que batea para .264, con 11 jonrones y 36 remolcadas en 70 juegos y 250 turnos, en tonces es incomprensible que no juegue.

De hecho, su promedio de bateo, su porcentaje de embasarse (.291), y su slugging (.472) son los mejores de su carrera.

Desde mediados de junio, Olivo ha durado al menos cuatro días entre aperturas siete veces.

Incluyendo la pausa del Juego de Estrellas, el dominicano duró 12 días sin abrir siquiera un juego, parte de un período de tres semanas exactas en las que solo jugó como abridor en tres oportunidades.

Quizás José Guillén no es el único con problemas con Hillman, y es entendible. 

Las frases

Miguel Olivo

Creo que no le caigo bien a Hillman. No lo sé. No hay forma. Estoy ahí, hago mi trabajo. Trato de hacer lo mejor. Cada vez que salgo al terreno voy y hablo con los coaches, pero nadie me escucha”.

(A pesar de todo lo que pasa) sé que soy un buen jugador. Todo el mundo lo sabe. Puedo jugar bien en cualquier sitio”.