Miguel pronto nos quedaremos sin libros, revistas ni diarios impresos

Miguel pronto nos quedaremos sin libros, revistas ni diarios impresos

Hace unos meses escribí sobre el auge que había experimentado el uso de tabletas de lectura, algunas de las cuales ya dan acceso a más de treinta mil libros que han sido desclasificados y por los cuales, los escritores de los mismos no pueden ya cobrar derecho de autor y su lectura es por lo tanto gratuita.  Esto,  por supuesto, lleva  a que el lector no se vea compelido a comprar la edición impresa, con lo cual las librerías dejan de percibir entradas por no ventas de obras.

Esta entrega nuestra fue en parte rebatida por dos propietarios de librerías que consideraban que no se sentía el mismo placer de poseer el ejemplar impreso en su biblioteca, que tener una tableta de cualesquiera de las que están en el mercado y que ofrecen también por paga las últimas novedades de los más afamados autores.

El acceso a internet por parte de una gran mayoría de los usuarios de ordenadores, es la otra fuente donde se puede obtener, si el texto ha sido desclasificado, la obra completa. El usuario solo debe poseer una copiadora y papel suficiente para la reproducción  del texto original.

Los diarios, sean estos matutinos o vespertinos, están también al borde del abismo.  Cada día más lectores acuden al internet para leer el periódico de su preferencia, aún sea éste editado en un país extranjero o localmente.  La facilidad de la red  le permite al interesado leer la parte únicamente que le importa, lo cual le ahorra tiempo, dinero y, sobre todo, no se tiene que deshacer de muchas páginas escritas a veces en un papel con una tinta de mala calidad, que además le ensucia la vestimenta. Para solo citar un país como ejemplo, en los Estados Unidos de América, según la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC),  en los últimos cinco años, han cerrado 146 diarios y 14 han pasado a la red.

Ahora le ha tocado el turno a las revistas, especialmente aquellas que tenían una tirada semanal, bimensual o mensual.  En efecto, la revista Newsweek, un semanario icono de los Estados Unidos de América  con más de 79 años en el mercado, y que por mucho tiempo  representó el periodismo de calidad, ha decidido desde el próximo mes de diciembre, publicar su último número en papel.  A partir de esa fecha, con menos personal y sobre todo menos recursos, se dedicará exclusivamente a una edición digital que será por pago.

La directora de Newsweek, Tina Brown, ha tirado la toalla al afirmar que le ha sido imposible asumir los costos que representa la impresión en papel, la caída de la publicidad y la competencia del internet que es preferida por los lectores y por los abonados,  a los cuales les resulta más barato leer su contenido,  que comprar el semanario cuyas ventas se habían reducido en un 35% desde el 2010.

A nuestro parecer, la situación se pondrá más peliaguda con la aparición de los nuevos teléfonos móviles inteligentes, en cuyas pantallas también se pueden leer, no solo libros, revistas, folletos o consultar diccionarios, sino películas y  otros acontecimientos mundiales de interés.  Algo muy similar a lo ya establecido para los libros, revistas  y periódicos, le está sucediendo al cine y posiblemente posteriormente al teatro y la comedia.  Desde su casa y muy cómodo, con los denominados “home theatres”, se pueden adquirir o alquilar las últimas  cintas cinematográficas, sean estas originales o las llamadas pirateadas. Es por eso que con justeza podemos afirmar que:  “La visión del mundo que hasta ahora teníamos,  está cambiando a pasos acelerados”.

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