Hoy 
POR ALEJANDRO MORENO
WASHINGTON (EEUU) (EFE).- El ex campeón del mundo de los pesos pesados, el estadounidense Mike Tyson, aseguró que su pelea de hoy, sábado, en el MCI Center de Washington, ante el irlandés Kevin McBride, no tendrá otro resultado que un «nocáut» demoledor.
Tyson, de 38 años, dijo que iba a «destripar» a su rival como si fuese un pescado, porque no podrá resistir la potencia de sus golpes y el castigo que va a recibir.
Lo mismo había dicho Tyson en las peleas anteriores, especialmente la última que disputó en julio de 2004, ante el desconocido británico Danny Williams, ante quien perdió por nocáut.
«Me he preparado mejor que nunca durante los últimos meses y estoy listo para demostrar que he recuperado todo mi potencial como boxeador y pegador», comentó Tyson. «En mi mente, no hay más resultado que un triunfo».
Aunque el aspecto físico y el pesaje demostró que Tyson aparenta llegar a la pelea en mejor forma física, dio 17 kilogramos menos que su rival, nadie se olvida que lo mismo pasó con Williams y la derrota fue para el ex campeón del mundo.
«Sé todo lo que está en juego cuando me enfrente a McBride y también lo que quieren los aficionados que han pagado su entrada para verme sobre el cuadrilátero», comentó Tyson. «No voy a defraudar a nadie y ganaré».
Tyson dio 105 kilogramos en la báscula, el mayor de su carrera como profesional, mientras que McBride, que mide 1,96 metros, llegó a los 122 kilos.
Cada vez que Tyson ha superado los 100 kilos en el pesaje ha perdido la pelea, como le sucedió ante Lennox Lewis y Williams.
Sin embargo, el ex campeón del mundo considera que ahora todo será diferente, porque el peso no es más que el músculo que tiene de toda la preparación.
La gran ventaja para Tyson será en el dinero que va a recibir por su primera pelea en casi un año y que será una bolsa de cinco millones de dólares por tan sólo 150.000 para McBride.
Tyson necesita desesperadamente un triunfo para revitalizar su carrera y cubrir las deudas de 40 millones de dólares que lo han llevado a la bancarrota.
El ex campeón del mundo en su intento anterior de volver a los cuadriláteros, perdió por nocáut ante el desconocido británico Danny Williams.
Tyson llega a la pelea con una marca de 50-5, 44 triunfos logrados por nocáut, mientras que McBride ha hecho 32 combates con 27 ganadas antes del límite, cuatro derrotas y un nulo.
McBride, que también fue definido por Tyson como un «bote de tomate», admite que sale en desventaja en las apuestas, pero va a demostrar que su sueño era enfrentarse al ex campeón del mundo y, además, a conseguir el triunfo.
«Sé cómo tomar ventaja de la envergadura que tengo y puede sorprender en muchos aspectos a Tyson», comentó McBride, de 32 años. «Prefiero que nadie me dé opciones al triunfo y luego veremos qué es lo que sucede en el cuadrilátero».
La misma opinión tiene el preparador de McBride, Goody Petronelli, cuando dijo que su pupilo iba a sorprender a muchos con su boxeo y clase.
«Tiene potencia, músculo y mayor envergadura que Tyson, por lo que lo lógico es que estas ventajas del hombre grande se impongan sobre el pequeño», destacó Petronelli.
Rich Cappiello, el asesor de McBride, dijo que su pupilo había hecho una gran preparación al perder cuatro kilogramos de grasa e incrementar siete de músculo durante la preparación.
«Les puedo asegurar a todos que McBride se encuentra en su mejor momento de forma como profesional y eso es lo importante», destacó Cappiello.
«No va a ver ningún tipo de excusas y al margen de si gana, pierde o se da un combate nulo, McBride ha hecho todas y cada una de las cosas que podría para preparar la pelea», dijo.
Pero al final, quien tendrá la última palabra será Tyson, que sigue atrayendo a los aficionados al boxeo, como lo demuestra que para verlo ya se han vendido más de 16.000 entradas de las 17.000 que tiene de aforo el MCI Center.
Si Tyson durante los primeros asaltos vuelve a ser el histórico «Iron Mike» sus pronósticos se cumplirán, de lo contrario podría volver vivir una desagradable sorpresa.
