BOGOTA (AFP) – Una empresa estadounidense que opera desde Ecuador asegura que ha contratado a unos 1.000 militares y policías colombianos para trabajar como mercenarios en Irak, por menos de la mitad del salario que cobran sus similares de Estados Unidos.

Los colombianos «han estado combatiendo terroristas durante los últimos 41 años y son expertos en sus respectivos campos» como la desactivación de explosivos y la guerra de guerrillas, señala la empresa Epi Security & Investigation en una página de Internet (www.iraqijobcenter.com).

La empresa opera desde la ciudad ecuatoriana de Manta, 260 km al suroeste de Quito, y es dirigida por el estadounidense Jeffrey Shippy, quien se encuentra actualmente en Bagdad, según dijo a la AFP su esposa, Martha Cañarte.

En un diálogo telefónico la ciudadana ecuatoriana dijo que Shippy «volverá a finales de septiembre a casa» y reconoció que usa como sede su vivienda.

La casa no está lejos de la base aérea que Washington alquiló a la Fuerza Aérea de Ecuador para ubicar parte de las tropas y aviones que mantenía en la zona del canal de Panamá.

El diario colombiano El Tiempo aseguró este viernes que los colombianos cobran salarios de entre 2.500 y 5.000 dólares, la mitad de los honorarios que reclaman sus similares de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Un suboficial del ejército colombiano dijo al periódico que uno de sus compañeros le envía regularmente correos electrónicos en los que cuenta que «la paga es muy cumplida, pero que tienen mucho trabajo porque la situación allá esta muy complicada».

La mayoría de los colombianos que se ofrecen como mercenarios son policías y militares en retiro que recibieron entrenamiento en unidades militares de Estados Unidos y están habituados a trabajar con tropas norteamericanas.

Algunos de ellos participaron en la persecución y detención de los capos del narcotráfico como Pablo Escobar o hicieron parte de las fuerzas contrainsurgentes que combaten en las selvas colombianas a las guerrillas izquierdistas.

El ex comandante de las fuerzas militares de Colombia, general Manuel José Bonnet, comentó a la AFP que las empresas que contratan personal militar para Irak, seguramente buscan a colombianos porque «son personas que tienen el entrenamiento y muchos de ellos están desocupados».

«Los ex combatientes colombianos son los que más experiencia tienen en el mundo porque han vivido en un ambiente de terrorismo consuetudinario. Una cosa es llevar a Irak a un hombre que pueda haber tenido un súper entrenamiento pero que no ha estado en combate permanente» añadió Bonnet, quien ahora dicta clases de estrategia en varias universidades de Bogotá.

Sin embargo, Bonnet señaló que debe tenerse en cuenta que si bien existen muchas similitudes entre la situación colombiana con la que enfrentan las tropas estadounidenses en Irak, existe una diferencia radical que esta dada por el componente religioso de la resistencia iraquí.

«La guerra de Irak es una guerra contra un invasor y la de Colombia es una narcoguerra, la peor que ha existido en la tierra porque no se trata de guerrilleros o insurgentes que quieren tomar el poder o un movimiento de liberación nacional, sino un conflicto desatado por el tráfico de drogas, por eso la diferencia es total», puntualizó.

Bonnet señaló que los posibles combatientes colombianos que acepten ir a Irak, se enfrentarán además a circunstancias especiales que no se dan en Colombia como las marcadas diferencias étnicas, las características geográficas del terreno y las diferencias de idioma.