Milagros de Féliz

Milagros de Féliz

En muchas ocasiones Milagros de Jesús Burgos de Féliz, debió romper la ruta tradicional en el recorrido que diariamente realizaba para llegar a su hogar y a su trabajo, ligado por mas de 19 años a la banca. Despavorida y cansada de repetir la misma acción, huía de los niños que trabajan en la calle y que como hiedras o sanguijuelas se lanzaban a su auto para limpiarle su cristal, venderle una flor, un lápiz, un cargador de inalámbrico o simplemente pedirle un peso.

En el fondo de estas acciones, y sin que ella inicialmente lo pudiera apreciar, estos niños también le mostraban parte de su realidad. Una realidad cargada de violencia intrafamiliar, drogas, maltratos, violaciones, desprotección y una aguda pobreza que se agigantaba con el rechazo de decenas de transeúntes de las principales avenidas de la ciudad de Santiago, vías que esas criaturas, también dominicanas, han convertido en su lugar de trabajo, en su hábitat preferida y hasta en su centro de prostitución y defensa misma.

“Debía pasar varias veces por esa ruta que era el enlace de acceso a mi casa, pero al parecer no me reconocían, me pedían en cada momento, hasta llegar a la saciedad, a veces tenía los instintos de golpearles, pero nunca me detuve a pensar en ellos, por qué lo hacían, dónde estaban sus casas, quienes eran sus padres y fue ahí cuando entendí que no eran simples niños de la calle, eran niños maltratados, olvidados y trabajadores que buscaban de una u otra forma la manera de sobrevivir en los semáforos, para tan sólo querernos decir que ellos, también existen”, dice convencida.

Por recomendación del señor Irenarco Ardilla, uno de sus clientes, ella se unió a esta causa, ayudar a los niños a través de la institución Acción Callejera, una familia muy especial, que le ha permitido valorar el don de ser madre y reconocer que el niño de la calle no es un problema, sino consecuencia de un mal social, “que casi nunca tomamos en cuenta”.

La idea de Acción Callejera nace en Puerto Plata con el trabajo de la señora Ana Quezada, su llegada a Santiago es el fruto del trabajo en equipo de una Junta de Directores donde Milagros de Féliz es la presidenta y encargada de buscar, manejar y administrar los fondos requeridos para implementar diversos programas de ayuda y cooperación para decenas de niños que “entran y salen” al local de la vieja casona de la calle Del Sol, y que fue prestada para estos fines por la Comisión de la Plaza de la Cultura de este municipio, que representara el obispo emérito monseñor Roque Adames..

“En Acción Callejera tratamos de promover la dignidad de cada uno de estos muchachos, en su mayoría, quienes en su mundo nunca se detienen a ver los que nos pueda estar pasando en esos momentos, porque sólo quieren compartir el suyo”.

Los niños llegan a este hogar a través de una red de educadores que tiene el centro diseminados en la calle y en otros casos por los comentarios de sus amiguitos y compañeros de faena,

Aquí , no tienen entrada ni salida formal, ya que es un espacio libre donde reciben atenciones medicas, nutrición, tareas, servicio de biblioteca, educación básica y alfabetización, alimentación, enseñanzas artísticas de flauta y percusión y piano, así como ejercitación, “la idea es que quien pique este anzuelo, no vuelva a salir, sin algo que les haya cambiado la vida, su situación o sus condiciones”.

Según Féliz, para entender el programa de Acción Callejera, no se pueden medir con numero de niños graduandos, ya que las metas no se condicionan a un birrete. En la institución no se obliga a un horario y cuando ellos entran posiblemente estén perdiendo tres o cuatro horas de su trabajo “y esto hay que manejarlo ya que ellos tienen la responsabilidad de llevar dinero a sus casas”.

Para lograr los frutos, es necesario que se involucren muchos sectores, el manejo del presupuesto, el apoyo de los padres, de los de más niños , “pero lo primero es que la población entienda, que ellos son personas, que trabajan en horarios diversos hasta la seis de la mañana que tienen problemas en su casa y que además son repudiado por muchos transeúntes. No es que sean ángeles, pero si son seres humanos”.

Milagros de Féliz está casada desde hace mas de dos décadas con Excelsido Féliz. Tiene tres hijos, Ernesto, Carlos y Ana Margarita de 21, 20 y 18 años. Con ellos ha compartido la experiencia en Acción Callejera donde ha pasado momentos de gran significado para su vida, pero también momentos muy tristes por la pérdida de vidas de muchos de los niños que a veces ni conocen el nombre su de sus progenitores.

Para Milagros, su trabajo en Acción Callejera esta muy vinculado a su rol como madre y por eso habla de “un antes y después de esta Fundación”.

En su quehacer ha aprendido a desarrollar su maternidad y a darle mas cariño, a ellos y a sus hijos.

Doña Milagros divide su tiempo diario entre su familia, Acción Callejera y como asesora del Patronato del Cáncer. Además, trabaja directamente con los niños que padecen enfermedades catastróficas en el Hospital de Niños Doctor Arturo Grullón, de esta ciudad.

“Tengo mucha facilidad para pedir y sensibilizar a la gente, por eso siempre estoy buscando recursos para todo y para todas, me apego a Dios y lucho cada día para lograr las metas planteadas tanto en lo personal como en el Centro, que no es mi trabajo, sino parte de mi vida”.

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