“Una entrevista muy especial fue la que le hicimos a Sammy Sosa, creo que fue la única vez, pero fue memorable”
La puerta que le dio entrada a Milagros García al emocionante mundo del deporte, especialmente al béisbol, fue el programa “Pelotero Estrella de la Semana”, de Producciones Apolo, cuyo propietario es el licenciado Andrés Vanderhorst.
Con el paso del tiempo, Milagros reconoce que la decisión que en algún momento adoptó, al aceptar la propuesta de Vanderhorst, valió la pena.
“Permanecí 24 años trabajando con el licenciado Andrés Vanderhorst… y cuando él me conoció, en otra compañía, me dijo que…tú eres la mujer mía, te vas para Apolo y ahí comenzamos”, recuerda.
Agrega que en ese largo período estuvo haciendo el programa “Pelotero Estrella de la Semana” y que ello representó su inicio en el deporte y la crónica deportiva.
“Él (Andrés Vanderhorst) me dijo tú te encargas de eso y le dije que no tenía problemas”, planteó García durante la entrevista que le realizó la periodista Paloma Almonte para el libro “Reservas de la Crónica Deportiva Dominicana”, que auspició el Banco de Reservas.
Destacó que creció en un hogar en el que prevalecía un ambiente de libertad y buena convivencia y esos fueron factores claves para el éxito de la labor que le correspondió desempeñar con Producciones Apolo.
Resalta las relaciones familiares que puedo establecer con peloteros, dirigentes de béisbol y miembros de la crónica deportiva.
“Soy de Santiago y siempre tuve una relación muy estrecha con las Aguilas Cibaeñas y sus jugadores”, dice. Confiesa que es cibaeña desde chiquitica.
Milagros se define como una persona auténtica.
“Ellos (los peloteros) me consideran una amiga, porque primero conozco a sus familias. Cuando son casados, me preocupo por conocer a sus esposas, porque el día que les llame sepan que es para asuntos de trabajo, que no tengo otro motivo (diferente) a lo profesional”, añade.
Como ejemplo de ese respeto, García recuerda que cuando Adrián Beltré se casó, en La Romana, la única cronista que estuvo en esa boda fue ella. “Estaban todos esos muchachos, al ritmo de tres orquestas y no me dio la noche para bailarlos a todos”, declara.