Milagros menudos

Milagros menudos

FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX
Se ha dicho que un largo viaje de diez mil leguas comienza con el primer paso.  Y paso a paso va el hombre disciplinado alcanzando sus metas, realizando sus objetivos mas deseados. Todos los días es posible avanzar un poco en nuestros proyectos, no importa cual sea el ancho de las ambiciones, el tamaño de los anhelos que abriguemos en el corazón.

Nada importante para la vida de hombres y pueblos se obtiene con un «golpe de suerte», como les ocurre a los pocos ganadores del premio gordo de la lotería. El trabajo diario, jalonado por pequeños logros y a la vez por diminutos obstáculos, es el único modo de allanar el camino del triunfo económico, político, profesional, artístico.  En ese marco siempre es posible que surjan coincidencias felices y golpes de la fortuna.

La vida de cualquier hombre esta llena de los milagros menudos que consiguen el esfuerzo y la tenacidad.  Esos «milagros enanos» son las puntadas de que esta hecho el tejido de nuestras existencias.  Tal vez algunos «milagros espectaculares» nos esperen a la vuelta de la esquina; pero no es razonable contar con ellos.  Por definición, todo milagro es asunto extraordinario e incomprensible.

Lo que es cierto en la vida privada, en el ámbito individual, es todavía mas valedero en el orden colectivo.  Ni una presa ni una carretera pueden ser construidas de la noche a la mañana.    Ni construidas, ni diseñadas, ni financiadas; y sin estas obras de «infraestructura económica» es imposible la prosperidad de una nación.  Es claro que también se requiere de otros instrumentos, entre ellos la energía eléctrica.

No hay mas remedio que abordar el problema de la producción de energía eléctrica, de su costo y distribución, de su mantenimiento y diversificación.  Cuando se haga esto habrá posibilidad de crecimiento de la economía y del índice de empleos.  Descoyuntar la realidad en sus elementos es una operación mental que los  griegos llamaban análisis o partición.  ¿Qué hacer con Cogentrix? ¿Qué hacer con los famosos acuerdos de Madrid? ¿Qué hacer con Smith/Enron?.

Cada aspecto reclama un pequeño milagro de la decisión, de la inteligencia, del trabajo ordinario.  ¿Qué haremos con las redes de transmisión en las que se pierde buena parte de la energía producida? ¿Debemos fomentar el desarrollo de la energía hidráulica? ¿Cuánto cuesta un generador movido por energía eólica? ¿Cuánto vale una torre para un «molino» de viento en «tierra de ciclones»? Estas preguntas son pertinentes. Sobre cada una los técnicos y especialistas, con toda seguridad, tienen mucho que decir.

Esta nota no esta dirigida a explicar una forma de resolución de cada dilema técnico; solo pretende que se adopte un método de trabajo después de «aislar» los problemas y que, a seguidas, se fijen directrices con ayuda de ingenieros expertos, administradores, tasadores y otros técnicos.  La importancia de la electricidad no necesita ser subrayada.   Es un problema capital que es preciso afrontar.

El sistema eléctrico esta compuesto por diversos tumores malignos; cada uno de ellos puede ser removido por la acción del trabajo, del talento, de la voluntad; uno a uno deben ser extirpados por la sociedad y sus representantes.  Resolver el conjunto implica que ocurra un milagro mayor.  Pero podemos dividir las tareas y «producir» milagros menudos.  Quizás una cadena de pequeños milagros laborales genere al fin el milagro mayúsculo de tener un sistema energético eficiente.

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