Por REYES GUZMÁN
Mildred Quiroz se radica definitivamente en Santo Domingo para volver a trabajar en lo que le gusta, en lo que le permite estar en comunicación con el público a través de la televisión. Sin prisa en las ofertas, estudia la que más le conviene, porque no desea laborar donde no se sienta bien. Le gusta la armonía.
La decisión de regresar y dejar atrás la vida en castillos en Italia no es el despertar de una pesadilla, sino el de estar entre los suyos y reconquistar la atención de los que en telenovelas o conducción de programas le demostraron admiración.
«No me puedo desprender de la República Dominicana, pues tengo las raíces muy fuertes y aunque estaba viviendo en Italia, ya estoy en mi país abierta a cualquier propuesta como presentadora o actriz».
Ahora que la industria del cine local tiene mayor movimiento y que ella como actriz puede desempeñar personajes diversos, dice que está en la mejor disposición de escuchar ofertas. Considera como paso positivo que se produzcan y se filmen películas en diferentes líneas y que la gente las apoye como lo está haciendo, con resultados de asistencia muy buenos. La actuación le fascina.
Quiroz participó en varias telenovelas venezolanas y una española, proyección que sirvió para exportar el talento dominicano. Hay conversaciones con Leonardo Padrón, escritor venezolano que hizo «El país de las mujeres», en la que Mildred actuó. En el nuevo proyecto del productor hay posibilidades de que también tenga papel importante.
Al hablar de la experiencia, recuerda que tuvo la suerte de que le adaptaron el guión en España y quizás por problemas del acento no tuvo mejor suerte para otras telenovelas.
«Por el acento tan marcado de los españoles se limitaba muchísimo mi personaje y tenía que hacer de una latina o caribeña. Lamentablemente no adquirí el acento español. En Venezuela fue diferente y me dieron la oportunidad para trabajar en cuatro telenovelas».
Televisión de variedad
Antes de Mildred Quiroz irse al exterior laboró en el programa «El show del mediodía», en el que presentaba y hacía entrevistas. Ahora que regresa al país, por el momento no se atreve a lanzarse con un programa propio, sino entrar en realizaciones de variedad en las que pueda encajar. No es cara, pero sí valora su talento.
Con la elegancia que le caracteriza, es mujer que cuida los detalles, sabe comer balanceado, usar los productos que no afecten su rostro y mantiene la disciplina del sueño. Ella es una mujer elegante y sabe escuchar los piropos. Compara los estilos de expresarse de los dominicanos y los españoles. Los de la Madre Patria son más directos.
Educación primero
Mildred condena el maltrato y abuso del hombre hacía la mujer, critica que se le permita eso y que algunas no se den a respetar para parar la negativa práctica.
«El hombre llega hasta donde la mujer se lo permita; quizás por falta de educación hogareña de ambos. Es negativo que en las parejas exista el irrespeto y los maltratos, que la violencia se adueñe de la tranquilidad y que no se pueda vivir en paz», dice.