CUERNAVACA, México. La Catedral de Cuernavaca, en el central estado de Morelos, abrió sus puertas a familiares, amigos y admiradores de Joan Sebastian, quienes se reunieron la tarde del miércoles en una misa en honor al músico mexicano, fallecido el lunes a los 64 años.

Los restos del autor de “Secreto de amor” salieron por la mañana del rancho Cruz de la Sierra, en la comunidad de Teacalco, una pequeña localidad rural limítrofe entre el sureño estado de Guerrero y Morelos que Joan Sebastian habitó al final de su vida, y donde un día antes fueron velados en compañía de cientos de vecinos guerrerenses que acudieron a despedirse de su paisano y su ídolo.

El féretro fue ingresado al inmueble religioso al mediodía del miércoles bajo una lluvia de aplausos multitudinaria. Algunos de los asistentes portaron pancartas con mensajes de amor dedicados al músico, mientras en la catedral sonaron algunos de sus temas más conocidos, como “Tatuajes” y “El primer tonto”. Miles de personas llegaron hasta el recinto religioso, procedentes de los vecinos estados de Puebla y el Estado de México.

Fue tal el tumulto de gente que deseaba despedir al rey del jaripeo, que personal de seguridad de la entidad reportó el desmayo de dos mujeres a causa de los apretujones del público congregado alrededor de la catedral. También se informó de algunos destrozos en las jardineras del atrio del inmueble debido a la cantidad de gente.

Decenas de personas seguían llegando a la Catedral de Cuernavaca con la ilusión de acercarse, aunque fuera por unos segundos, al ataúd donde yacen los restos del compositor. Sus hijos José Manuel Figueroa y Julián Figueroa (este último con la cantante y actriz costarricense Maribel Guardia), así como los hermanos del fallecido astro, encabezaron el cortejo fúnebre que partió de Teacalco con rumbo a Cuernavaca, donde recorrió las principales calles del primer cuadro de esa ciudad.

Juan Marcos Figueroa, hermano de Joan Sebastian, dijo a los medios de comunicación que la familia Figueroa distribuiría a la prensa el sencillo inédito del álbum que el músico preparaba antes de perder una larga batalla contra el cáncer.