Washington, (EFE).- Miles de abogados vigilarán los centros electorales de todo Estados Unidos el próximo martes para impedir cualquier intento de fraude, en medio de crecientes señales de que la participación puede alcanzar un récord histórico.
Sólo en Florida los demócratas cuentan con el respaldo de 5 mil voluntarios, la mayor operación de todo el país, para impedir que los republicanos «roben» las elecciones, algo que según muchos miembros del partido de Barack Obama hizo el presidente George W. Bush hace ocho años.
El soleado estado del sur del país se hizo famoso en el 2000 por un fiasco electoral que obligó a un largo recuento de las papeletas y donde finalmente se impuso Bush por una diferencia de tan solo 537 votos frente a su rival demócrata, Al Gore.
Ben Porritt, portavoz de la campaña republicana, dijo hoy al diario USA Today que su partido cuenta también con un amplio respaldo legal, sobre todo en los estados más reñidos como Ohio, Florida o Misuri, aunque no ofreció cifras concretas.
Además, los grupos defensores de los derechos civiles desplegarán a 10 mil voluntarios en las urnas el día de las elecciones en 25 estados del país, el mayor esfuerzo de la historia, según Jon Greenbaum, del Comité de Abogados a Favor de los Derechos Civiles.
Esta coalición tiene una línea telefónica que ha recibido ya más de 50 mil mensajes y el próximo martes prevé habilitar 32 centros de llamadas para reportar irregularidades, la mayoría de los cuales estarán ubicados en despachos de abogados.
Los observadores consideran «muy remota» la posibilidad de que las elecciones se decidan en un solo estado, pero alertan de que el problema este año es el gran interés suscitado por la pugna entre el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, que se espera atraiga a una cifra récord de estadounidenses a las urnas.
La elevada participación en los 30 estados que permiten votar por adelantado y por donde han desfilado al menos ya unos 17 millones de estadounidenses podría ser un presagio de lo que se avecina.
La avalancha de millones de nuevos votantes podría traducirse en centros electorales abarrotados y en situaciones polémicas como las comprobaciones de identidad de último minuto, en las que se podría negar la papeleta a aquellos cuyos documentos no coincidan con el nombre archivado en otros registros gubernamentales.
Ana Martínez, subdirectora política del Partido Demócrata, explicó hoy a Efe que esa participación récord que se prevé explica en gran medida las «increíbles» cifras de reclutamiento de voluntarios expertos en temas legales.
Comentó, además, que esas previsiones llevaron a los demócratas a lanzar una campaña de movilización para impulsar el voto por anticipado.
Douglas Chalmers, que preside la Asociación de Abogados de Georgia a favor del candidato republicano, John McCain, dijo a Efe que el reclutamiento de estos profesionales ha sido también récord entre los conservadores del estado, que cuentan con el apoyo de «cientos» de asistentes legales.
A cuatro días de la gran cita del 4 de noviembre han empezado ya los litigios en muchos estados.
Los defensores de los derechos de los votantes en Colorado declararon esta semana ante un juez federal que los nombres de 30.000 electores habían sido eliminados de los registros estatales, lo que violaría las leyes federales.
Esos votantes tendrán derecho a depositar un voto provisional a la espera de que se aclare lo sucedido.
Los expertos adelantan que esos votos provisionales a los que se recurre con frecuencia en estados clave como Ohio, que utiliza ese sistema cuando no se puede comprobar de forma inmediata la identidad de un elector, pueden ser uno de los potenciales focos de conflicto.
En otros estados como Virginia, que tiene una de las tasas más bajas de máquinas de votar por elector, cunde el temor a que escaseen los recursos para hacer frente a la avalancha.
De ahí que grupos como la Asociación de Abogados Estadounidense o la Liga de Mujeres Votantes hayan pedido a los estados que se aseguren de que cuentan con suficiente personal para agilizar la votación e impedir que las largas colas disuadan a la gente. EFE