Miles de cristianos recrean la entrada  Jesús a Jerusalén

Miles de cristianos recrean la entrada  Jesús a Jerusalén

Jerusalén. EFE.  Decenas de miles de peregrinos y palestinos cristianos participaron ayer en Jerusalén en la tradicional procesión de Domingo de Ramos, en un ambiente de alegría y regocijo.  

 La colorida y musical procesión, que contrasta con la solemnidad del resto de los actos de la Semana Santa, partió desde la Iglesia de Betfagué, en una de las laderas del Monte de los Olivos, y se disolvió junto a la de Santa Ana (abuela materna de Jesús), que se encuentra intramuros.   Desde mediodía, bajo un agradable sol, a diferencia del calor insoportable habitual en esta época del año, los peregrinos se agolparon junto a la modesta iglesia de piedra grisácea y toques arquitectónicos que recuerdan el paso de las órdenes templarias por la ciudad santa.  

 En Betfagué se encuentra la piedra que, según los Evangelios, sirvió a Jesús para subirse al borrico sobre el que se dirigió a Jerusalén en un día como hoy, y que sirve de punto de partida para una procesión que se caracteriza por su simpleza y modestia.   “Esto es el inicio de todo, es espectacular, increíble”, dijo  Esther Sánchez, una sevillana a la que no le pasaron inadvertidas las diferencias entre la fastuosa Pascua en su tierra y la humildad con la que se celebra en Jerusalén.

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