Miles de fieles acudieron a la Basílica de Higüey por Día Virgen de la Altagracia

Miles de fieles acudieron a la Basílica de Higüey por Día Virgen de la Altagracia

La Altagracia, Higüey.
La devoción del pueblo dominicano hacia la Virgen de la Altagracia, madre protectora del país, se mostró ayer como cada año con la peregrinación de miles de personas hacia la Basílica de Higüey, por agradecimiento de favores recibidos, a pedir por alguna situación o simplemente por adoración.
Desde la pasada semana inició el flujo de personas desde diferentes puntos del país, pero con especial incremento a partir del viernes, cuando llegaron más personas a pernoctar en los alrededores del templo, hasta la llegada del día de ayer, cuando entraron a adorar la imagen de la virgen.
Largas hileras de personas desde distintos puntos de la Basílica, se formaron desde la madrugada a la espera del momento para poder subir al altar y tocar la imagen, para luego pasar al área contigua, en la parte exterior, donde las personas encendían velas y velones, con peticiones especiales o por milagros recibidos por fe en la virgen.
Allí se encontraba Paula, quien con voz entrecortada narró que estaba allí junto a su niña de 8 años que nació con dificultad para caminar, y clamó a la virgen porque la ayudara y le cumplió.
“Ella no caminaba, los médicos me dijeron que tenía que ponerle unos aparatos y yo le pedí a a esa madre que me ayudara porque eso es lo único que yo tengo, me le dio su salud, caminó a los tres años y mira donde la tengo”, expresó, mientras ayudaba la niña a colocar un velón encendido en la mesa habilitada para ello.
Se trasladaron desde Santo Domingo en horas de la madrugada, para llegar hasta allí.
En el lugar también estaba Mairoca González, quien viajó desde Baní con su bebé a agradecer a la virgen que le devolvió su salud, tras una gravedad en el parto. Ambas vestían de blanco con una esclavina azul claro, como le prometió a la virgen.
Devoción y sustento. José Asunción viaja cada año desde La Victoria hasta la Basílica desde que apenas era un niño y ahora tiene 79 años. Explicó que su padre lo llevaba y creó en él la devoción por la Altagracia.
Dice que desde hace unos años lleva consigo algunos cojines que vende en el lugar, para ayudarse con su sustento pero que su estadía de dos días en la explanada de la Basílica es más movida por fe que por cualquier venta.
En los alrededores de la Basílica era común observar decenas de familias enteras pernoctando allí, lo que afectó la higiene del lugar.
A pesar de que se colocan baños movibles, algunas personas hacen sus necesidades fisiológicas en cualquier lugar de la explanada, que ayer estaba copada de un fuerte olor a orina.
De eso se quejaban los vendedores fijos en el lugar, que dicen que en otros años no había sido igual.
Las ventas y el público. Jacobo Guerrero tiene 44 años vendiendo en el lugar y se quejó de que las ventas fueron pocas, aunque hubo fieles a lo largo de la semana.
De su lado, Alejandro Peña quien consideró que en este año las personas se distribuyeron a lo largo de la semana y se notó menos flujo en el día de ayer, aunque no dejaban de ser bastante los peregrinos que llegaron hasta su santa.

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