NUEVA YORK. AFP. Más de 11,000 niños soldados fueron liberados el año pasado, pero Naciones Unidas asegura que miles en todo el mundo todavía continúan a la merced de los «señores de la guerra» como el congoleño Thomas Lubanga, condenado a 14 años de cárcel por la CPI.
La condena de la Corte Penal Internacional (CPI) contra Lubanga por crímenes de guerra en la República Democrática del Congo (RDC), anunciada el martes, es un paso «histórico», según Radhika Coomaraswamy, representante especial de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados.
El crimen por reclutar y usar niños como soldados «está ahora gravado en piedra, nadie podrá decir que lo desconocía», explicó Coomaraswamy.
La ONU mantiene su objetivo para 2015 de que los Estados limpien sus Ejércitos de niños, ya que cree que centenares de miles de ellos se ven obligados a luchar a punta de pistola por los talibanes en Afganistán, el señor de la guerra Bosco Ntaganda en Congo, los shebab en Somalia, Ansar Dine en Malí u otros grupos terroristas en todo el mundo. Los niños soldados existen desde hace siglos.
Alejandro Magno se entrenó siendo niño y los Ejércitos de las dos Guerras Mundiales enrolaron y coaccionaron a jóvenes combatientes. Pero la comunidad internacional sólo ha sido consciente de esta práctica en los últimos 20 años, según Coomaraswamy. Lubanga es el clásico caso de la guerra del Congo de los años 1990.