Unicef. Sobre todo salud y alimentación
La limitada atención sanitaria presenta altos riesgos como infección heridas, tétanos, y muertes maternas y neonatales
Un mes después del terremoto de que sacudió el sureste de Haití, unas 650,000 personas, entre ellas 260,000 menores, requieren ayuda humanitaria urgente, especialmente en materia de salud y alimentación, afirmó ayer Unicef.
“Las vidas de los niños, niñas y adolescentes que se salvaron del terremoto están ahora amenazadas por enfermedades prevenibles sólo porque no tienen acceso al agua potable y a los servicios básicos de salud”, dijo la directora regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough.
La alta funcionaria del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o Unicef explicó que a un mes ocurrido el terremoto “los servicios de salud siguen interrumpidos en gran medida en el suroeste de Haití”, donde fueron dañadas o destruidas unas 82 instalaciones” sanitarias.
La limitada capacidad de atención sanitaria presenta elevados riesgos para la salud, como la infección de heridas y el riesgo de tétanos, mientras que la falta de servicios de salud rutinarios ha aumentado el riesgo de muertes maternas y neonatales.
Asimismo, la capacidad de las autoridades sanitarias para prevenir, identificar y tratar la desnutrición también se ha visto debilitada por el terremoto.
“Mantener el acceso a la asistencia que salva vidas y reanudar los servicios de salud materno-infantil es una prioridad crítica de la respuesta de Unicef, incluyendo el tratamiento de los niños, niñas y adolescentes con desnutrición aguda”, dijo el ente de la ONU.
Así, el ente de la ONU “ha equipado con equipos médicos y medicamentos esenciales a 24 clínicas móviles que se desplegarán en las comunas remotas de los tres departamentos más afectados por el terremoto para proporcionar atención básica».
Además se han desplegado 8 clínicas móviles para proporcionar servicios integrados de salud y nutrición que apoyen la identificación y tratamiento de la desnutrición aguda.