Miles desafían peligro de contagio para entrar en el Mercado Nuevo

Miles desafían peligro de contagio para entrar en el Mercado Nuevo

Mercado Nuevo de la avenida Duarte. Archivo.

La reapertura del Mercado Nuevo de la avenida Duarte y del perímetro del Mercado de Villas Agrícolas se convirtió ayer en un mar de vendedores ansiosos de adquirir mercancías, en franco desafío a las medidas de las autoridades para evitar el contacto social que evitaría el contagio del coronavirus.
Sin embargo, el Ayuntamiento del Distrito Nacional impuso su autoridad de verdadero gobierno de la ciudad y coordinó con los ministerios de Agricultura, de Salud Pública, comerciantes y dirigentes comunitarios para que la apertura se desarrollara de la mejor forma posible, con controles y suministro de mascarillas, guantes y chequeo de temperatura.
La avalancha de vendedores por entrar al mismo tiempo al mercado demostró lo que es capaz de hacer el mercado informal, donde figura el 57% del empleo que tiene que trabajar en el día para comer en la noche y desafía hasta la muerte por conseguir su objetivo.
Estarlin Alcántara, director de Asuntos Sociales del Ayuntamiento del Distrito Nacional, consideró que la prioridad es la vida y la salud de la gente, por encima de la cuestión económica, de ahí que tomaran la decisión de cerrar el Mercado Nuevo de la Duarte por una semana, lo que nunca había sucedido en 47 años, hasta poder abrirlo con las condiciones necesarias para ello.
Alcántara, vicealcalde electo del Distrito Nacional, resaltó el entendimiento al que arribó el ADN con el ministro Gustavo Montalvo, coordinador de la Comisión de Alto Nivel del Gobierno, con la alcaldesa electa, Carolina Mejía, los comerciantes y los comunitarios, de crear comisiones de trabajo y una estructura que pusiera en funcionamiento el mercado los lunes, martes y jueves.
Por eso, dijo, dentro del Mercado Nuevo están desde ayer Pro Consumidor, para controlar los precios; y el Ministerio de Salud Pública, que tomaba la temperatura a los asistentes, entrega de guantes y mascarillas.
De ahí que muy pocos comerciantes dentro del centro de acopio estuvieran sin la protección requerida, contrario a lo que pasó la semana antes pasada.
Alcántara atribuyó el taponamiento que se produjo en el entorno del Mercado de Villas Agrícolas a que se hicieron cambios de rutas en algunas de las calles, así como a la falta de información de los conductores.
Durante la semana en que estuvo cerrado el mercado el ADN aprovechó para señalizar el espacio dentro del Mercado de Villas Agrícolas (El corralito), donde caben alrededor de 300 vehículos. Aseguró que todas las medidas tomadas encarrilarán el rumbo del mercado pero que lo que no iban a permitir era que se convirtiera en un foco de contaminación.
Manuel Núñez, administrador del Mercado Nuevo, explicó que este centro operaría de 6:00 de la mañana a 1:00 de la tarde y dijo que el desbordamiento de personas es fruto de la desesperación de los mercaderes. Agregó que mejoraría a medida que pasaran las horas, lo que ocurrió posteriormente.
De su lado, Francisco Reyes, presidente de la Fundación Saneamiento Ambiental Integral (Funsai), atribuyó el tumulto que se produjo en la entrada del mercado a la impaciencia de los mercaderes, quienes pretendían entrar todos al mismo tiempo.
El taponamiento vehicular en los alrededores del Mercado de Villas Agrícolas se extendía por casi un kilómetro de la avenida Duarte y calles adyacentes, debido a los controles para poder entrar al lugar, que previamente fue habilitado por el cabildo.
Todas las calles de acceso a los dos mercados estaban taponadas y no se podía entrar ni salir a pie y mucho menos en vehículo, por lo que muchos quedaron atrapados por varias horas. Los pocos agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) que había no fueron capaces de ordenar la circulación vehicular.
Muchos optaron por dejar sus vehículos hasta diez cuadras y tratar de entrar a pie.

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