Miles de personas acudieron ayer a los cementerios del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo, en su mayoría con flores, velas y fósforos, otros además con agua y escoba, para rendir culto a sus seres queridos ya fallecidos con motivo del Día de los Fieles Difuntos.
Contrario a los años anteriores, en esta ocasión la mayoría de los camposantos lucían más limpios y seguros, aunque en algunos todavía las malezas arropan las tumbas y las calles están en muy mal estado, como el Cristo Salvador, en Santo Domingo Este.
Grandes taponamientos se produjeron en las vías principales que conducen a los grandes cementerios del Distrito Nacional, como el Cristo Redentor; y de Santo Domingo Este, como el Cristo Salvador, debido a la gran cantidad de vehículos que se dirigían hacia esos lugares.