Miles marchan en Caracas contra sanciones del Congreso Estados Unidos

Miles marchan en Caracas contra sanciones del Congreso Estados Unidos

CARACAS, Venezuela. AP. Miles de empleados públicos y simpatizantes del gobierno marcharon el lunes en el centro de la capital en rechazo a las sanciones del Congreso estadounidense a funcionarios venezolanos señalados por violaciones a los derechos humanos y se manifestaron además por los 15 años de la aprobación de la constitución.

Bajo la consigna «Venezuela se respeta», varios miles de trabajadores públicos y seguidores del gobierno, portando banderas venezolanas y rojas, y algunas pancartas en las que leía «que el imperialismo norteamericano sepa que aquí está el pueblo de Bolívar, el pueblo de Chávez, el pueblo de los libertadores de la patria», tomaron algunas de las principales avenidas del centro de la capital atendiendo la convocatoria que realizó el presidente Nicolás Maduro que llamó a marchar para protestar contra lo que consideró la «amenaza imperialista».

La marcha culminó con una concentración en la céntrica avenida Bolívar a la que acudió Maduro con su esposa Cilia Flores, los integrantes de su equipo de gobierno y otros altos funcionarios.

«Agarren su visa y se la meten por donde tienen que meterse la visa de los Estados Unidos de Norte América, insolentes imperialistas yanquis», dijo Maduro durante un discurso al rechazar la legislación de congreso estadounidense. «Es una falta de respeto no meternos a todos nosotros en la ley de sanciones», agregó.

El mandatario reiteró sus cuestionamientos contra el ex presidente español José María Aznar al que llamó de «asesino» por apoyar la invasión a Irak del 2003.

«Aznar tiene sus manos manchadas en sangre con la invasión a Irak, con el golpe de estado a Venezuela. Aznar es un asesino y debe ir a la Corte Penal Internacional», dijo Maduro al descartar que se vaya a retractar por los comentarios que realizó contra el ex presidente y que generaron el rechazo del oficialismo español.

El gobernante dijo que apoyaría la creación de un comité de juristas que evalúe la posibilidad de llevar a algunas figuras internacionales a juicio por casos de violaciones de derechos humanos.

La marcha se realizó cuatro días después que el Congreso estadounidense aprobó una legislación que suspenderá visas y congelará en Estados Unidos activos pertenecientes a los funcionarios venezolanos a los que el gobierno federal identifique como responsables de violar derechos humanos. La ley está pendiente de la firma del presidente Barack Obama, quien espera ratificarla próximamente.

Aunque en un principio el gobierno venezolano desestimó las sanciones, Maduro consideró el viernes las acciones como una «amenaza» de Estados Unidos, al que ha responsabilizado del descenso de los precios del crudo que han caído más de 20% en las últimas semanas y se han ubicado por debajo de los 60 dólares el barril.

Maduro descartó el lunes que la caída de los precios del petróleo pueda afectar a su gobierno, y dijo que tenía garantizados todos los recursos para atender los programas estatales. El mandatario anunció que a partir del próximo año delegará los asuntos políticos en otros dirigentes oficialistas para concentrarse en el área económica.

El petróleo financia 96% de los ingresos que recibe Venezuela por exportaciones.

«No veo por qué ellos (Estados Unidos) tienen que interceder en nuestro gobierno. Nosotros somos libres e independientes», afirmó Sandra Arangure, una promotora social de 56 años, al rechazar las sanciones de las autoridades estadounidenses contra un grupo de funcionarios venezolanos.

«Si ellos vienen intervenir en nuestro territorio nosotros tendremos que salir a las calles a defender nuestra patria», dijo Arangure mientras marchaba por una de las avenidas del centro de Caracas.

Venezuela y Estados Unidos han enfrentado por años tirantes relaciones. Desde 2010 ambos países están sin embajador luego de que el gobierno estadounidense revocó la visa al diplomático venezolano Bernardo Alvarez, después que Caracas retiró su aprobación a Larry Palmer, nominado por la Casa Blanca para dirigir su representación diplomática en Caracas, quien al responder a un cuestionario en el Senado aseveró que la inteligencia cubana había infiltrado las fuerzas armadas venezolanas.

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