SREBRENICA, Bosnia-Herzegovina (AP).- Gobernantes del mundo se unieron a 50.000 personas el lunes para recordar a las víctimas de la masacre más atroz en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: los casi 8.000 musulmanes de Srebrenica muertos hace 10 años.

La matanza se produjo cuando fuerzas serbias invadieron el enclave musulmán de Srebrenica _que estaba bajo la protección de la ONU_ en julio de 1995, durante la guerra de Bosnia.

«Mataron mi vida entera y ahora sólo quiero que los culpables paguen por ello», dijo Fatima Budic, de 60 años, llorando junto al féretro de su hijo Velija, muerto a los 14 años. Los restos de su esposo Ohran y de otro hijo, que tenía 16 años, no han sido hallados.

Tras una ceremonia religiosa, los 610 féretros con los restos de las víctimas identificadas más recientemente pasaron de mano en mano hacia las fosas. El ruido de la tierra al caer sobre los ataúdes y el llanto de las mujeres hicieron coro a la voz de una mujer que leía los nombres de las víctimas.

Jefes de gobierno y otros dignatarios estaban entre la multitud que se congregó para conmemorar el 10mo aniversario de la matanza que comenzó el 11 de julio de 1995, cuando soldados serbios bosnios ocuparon Srebrenica, declarada «refugio» por la ONU. Efectivos holandeses de la ONU, superados en número y armamento, sólo podían mirar mientras los varones eran fusilados y sus cuerpos arrojados a fosas comunes.

Los forenses han exhumado más de 5.000 cadáveres e identificado 2.032 por medio del análisis de ADN y otras técnicas.

Si bien la matanza impulsó los bombardeos de la OTAN que obligaron a los serbios a pedir la paz, representantes de diversos gobiernos el lunes reconocieron que el mundo fue incapaz de detener la matanza.

«Es una verg_enza para la comunidad internacional que este mal sucediera ante nuestros ojos sin que hiciéramos nada», dijo el canciller británico Jack Straw. «Lo deploro amargamente y siento un profundo pesar».

Paddy Ashdown, el administrador internacional de Bosnia, dijo que Srebrenica fue «el crimen más atroz que tuviera lugar en Europa en la última parte del siglo XX», y la incapacidad de la comunidad internacional de detenerlo fue «nuestra verg_enza mayor».

El jefe del gobierno serbio durante la guerra, Radovan Karadzic, y su jefe militar, general Ratko Mladic, están acusados de genocidio y crímenes contra la humanidad ante el tribunal de La Haya. Los dos están prófugos.