Milicias  vigilan barrios en Caracas

Milicias  vigilan barrios en Caracas

CARACAS. AP.  La barriada popular del 23 de Enero fue concebida hace más de cinco décadas pensando en una ciudad moderna, resultado de una minuciosa planeación. Pero hoy exhibe una de las caras más violentas de la capital, donde grupos armados pro oficialistas detentan el control territorial y mantienen sometidos y aterrorizados a sus habitantes.   Con el apoyo de cámaras de circuito cerrado instaladas en lo alto de los postes de luz, estas milicias populares vigilan a todo el que entra y sale en las aproximadamente diez cuadras que controlan.   En las noches, hombres armados y encapuchados montan retenes en los que, a punta de pistola, obligan a los habitantes a identificarse e impiden el paso de personas que no viven en la comunidad.   En el barrio ellos son la ley. La policía no se aventura a entrar a la zona y cuando deciden hacerlo deben notificar a este poder armado de facto.  

En pancartas y murales se leen frases como “por la defensa de la revolución vota por Chávez. La Piedrita (uno de los grupos armados)”. Uno de los murales más emblemáticos de ese grupo lo constituye una Virgen que lleva cargado a un niño Jesús que porta un fusil, y que está junto a un Jesucristo también armado.   A un lado de una empinada y estrecha calle, casi diagonal a un centro de meteorología de la Armada venezolana, se levanta una inmensa reja pintada de rojo y blanco que marca la entrada a la edificación llamada “Bloque Siete”, donde se concentran los miembros de “La Piedrita”.   Detrás de la reja puede observarse a un grupo de delgados jóvenes, vestidos con franelas azules y gorras verde oliva, quienes, como disciplinados vigilantes, resguardan la entrada y limitan el acceso de cualquier visitante.

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