Militares

Militares

[b]Señor director:[/b]

Ocupo nueva vez su atención en esta oportunidad para opinar en relación al traído y llevado tema electoral, más en lo referente a la participación de los militares en la actividad partidista tomando partido.

Es altamente edificante para la democracia dominicana que ha debido ya actuar con mayoría de edad. Los miembros de nuestras Fuerzas Armadas son dominicanos, pero el artículo 93 de la Constitución de la República regula su actividad ciudadana. Es decir, están regidos además por la Ley Orgánica de la misma Institución. Es la que establece la diferencia entre los civiles y militares.

Cualquier miembro de esos organismos que quiera participar en las apasionantes actividades partidistas, tendría que esperar el instante que haya abandonado sus filas.

Es oportuno mencionar algunos ejemplos sucedidos en estos últimos años; de oficiales que incursionaron llevando a sus partidos a obtener legisladores tanto en nuestras cámaras legislativas, como en los Ayuntamientos Municipales.

Ellos son primero: el general E.N. Rafael Adriano Valdez Hilario, Gral. E.N. Elías Wessin, el Contralmirante Marina de Guerra, Luis Homero Lajara Burgos. Así como un oficial de la Policía Nacional, Capitán o mayor (?) Luis Arzeno Rodríguez, cuyo partido obtuvo representación en las cámaras y Ayuntamientos. Actuando de esa manera se le hace un buen servicio al país.

La política, según los pensadores griegos, es la más noble de toda la actividad humana.

Muy atentamente,

Manuel Rolando Contín C

[b]Nosotros[/b]

[b]Señor director:[/b]

Los pobres por pobres y los ricos por ricos no pagan impuestos (al menos no los que deberían pagar).

Los pobres por pobres y los ricos por ricos, no pagan electricidad (al menos no la que deberían pagar).

Los pobres por pobres y los ricos por ricos se apropian impunemente de las aceras, calles y áreas públicas.

Los pobres por pobres y los ricos por ricos se creen herederos de los mismos privilegios y exigen del Estado atención y respeto y de los ciudadanos normales, subordinación y acatamiento.

Nuestros pobres se parecen tanto a nuestros ricos que cuando cambian de condición no necesitan ningún ajuste de adaptación.

Con ese tipo de estructura funcional de la sociedad, el manejo de la Cosa Pública no es un juego, pero la peor parte la llevan los que no pertenecen ni al equipo de los pobres, ni a la casta de los ricos.

Todas las partes del cuerpo social tienen la obligación de contribuir y el derecho de recibir. La salud y bienestar de la sociedad están ligados a la relación equilibrada de los aportes y las compensaciones.

Ni la pobreza debe ser ejercida como una profesión, ni la riqueza como un gobierno y de alguna manera debemos dedicarnos a desenredar este entuerto.

La cultura de mendigar y/o usurpar (pobres y ricos por igual), manejada como ejercicio de un «derecho», debe ser eliminada de nuestra idiosincrasia. El primer paso para eso es reconocer el problema, el segundo, crear y aplicar una estrategia.

Entonces, nosotros seremos mejores.

Atentamente,

Norka Michelén N.

[b]Aclara[/b]

[b]Señor director:[/b]

Al leer mañana la prensa, pudimos ver que en el artículo que nos publican en la fecha (27 de abril) se omitió la palabra «Cuba» en la alusión con que espetamos al simpático y anciano bartender de la Bodeguita del Medio en 1988. Escribí que el señor, al sabernos -al grupo- de Puerto Rico y Santo domingo, nos recibió con la frase «Ni Puerto Rico es Rico ni Santo Domingo santo» a lo que reaccionamos diciéndole «ni Cuba es uva». Pero en el artículo «Desechos de ricos» fue eliminada la palabra Cuba y lo que se lee no tiene ninguna hilación con lo que se indica arriba. Parece un dislate, algo que no viene a cuento. El resto de la colaboración está tal cual como le fue enviado a usted por correo electrónico. Es una lástima, pero ya hoy temprano (antes de las nueve de la mañana) un amigo me había llamado para preguntarme qué había querido decir con eso de que «ni es uva» con que aparece epilogado el diálogo entre caribeños en aquel mediodía habanero.

Agradecemos siempre la gentileza de publicarnos que nos hace usted tan deferentemente, con admiración y respeto.

Emilio José Brea García

Publicaciones Relacionadas

Más leídas