LA PAZ (AP).- Las fuerzas armadas anunciaron ayer que defenderán al gobierno del presidente Evo Morales y advirtieron que podrían intervenir si la violencia se desborda en los cabildos convocados para hoy en los cuales cuatro regiones decidirán sobre su autonomía.

«Las fuerzas armadas son del Estado boliviano y tienen por misión garantizar al gobierno legalmente constituido, pero tengo confianza en que el diálogo político solucionará los problemas’’, dijo el comandante en jefe, general Wilfredo Vargas.

«Si la situación amerita y con orden expresa del capitán general de las fuerzas armadas (presidente de la República), nosotros podríamos intervenir, pero tengo la confianza de que se llegará a soluciones’’, indicó en declaraciones a radio Erbol.

Vargas admitió que el líder cívico de Santa Cruz, German Antelo, le llamó por teléfono para pedir a los militares neutralidad frente a la crisis. «Eso no amerita ninguna respuesta, las fuerzas armadas tienen un rol’’, precisó.

El pronunciamiento se produce después de que el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, declarara a la prensa que esa región vive un clima de efervescencia «que quiere desbordar la constitución’’.

El jueves en la tarde, miles de personas protestaron contra Morales en la ciudad de Cochabamba y demandaron autonomía para esa región en medio de una creciente tensión en este país.

También en la región oriental de Santa Cruz, bastión de los opositores al gobierno, hubo «cabildos populares’’ en barrios pobres organizados por grupos oficialistas que rechazaron la asamblea convocada para el viernes por influyentes organizaciones empresariales y cívicas de esa región.

Similares asambleas deliberativas en pro de la autonomía tendrán lugar en las regiones amazónicas de Beni y Pando y en la sureña Tarija, donde están las mayores reservas de gas.

La decisión del oficialismo de aprobar las normas en la Asamblea Constituyente con la mayoría absoluta con la que cuenta y no por dos tercios de votos como exigen los opositores y varias regiones, activó la efervescencia en las calles de varias ciudades que estos viven marchas a favor y en contra del gobierno.

Las pugnas derivaron en demandas secesionistas, aunque los líderes cruceños las calificaron como aisladas.

El gobierno dijo que respetará la protesta siempre que sea pacífica y no se convoque al separatismo. El jueves esos pedidos parecían haber bajado de tono ante el generalizado rechazo del resto de las regiones.

En una reacción tardía, la mayoría oficialista inició el jueves en la noche en la Asamblea Constituyente el debate para revisar el polémico mecanismo de aprobación de las reformas constitucionales.

Morales se encontraba en la ciudad de Sucre, al sur de Bolivia en reuniones reservadas con constituyentes de su partido el Movimiento al Socialismo (MAS).