LA PAZ (AFP).- La etapa final de la campaña electoral boliviana transcurría el martes en medio de llamados de las Fuerzas Armadas a respetar la primera mayoría en la elección del domingo y del poderoso empresariado para que los dos candidatos mejor posicionados -el izquierdista Evo Morales y el derechista Jorge Quiroga- alcancen un gran acuerdo.

La campaña, que concluirá el jueves, se vio sacudida por una declaración del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, contraalmirante Marco Justiniano, quien, contra la tradición de su institución en épocas democráticas, demandó respeto a la decisión popular expresada en las urnas.

 “Es de esperar que sea respetada la opinión de la mayoría, aunque sea relativa (en la primera vuelta en las urnas) para la conformación del futuro gobierno”, señaló Justiniano.

La declaración del jefe castrense se registró a cinco días de la jornada electoral y cuando todas las encuestas privadas le dan al cocalero Evo Morales el primer lugar con 33% de la intención de voto, seguido por Quiroga (27%) y  el empresario Samuel Doria Medina (9%).

La ley prohíbe a los uniformados “deliberar” sobre asuntos políticos, pero el comandante en jefe del Ejército, general Fernando Antezana, sugirió que la afirmación de su superior no contravino la norma.

   El analista independiente Cayetano Llobet se dijo sorprendido por las afirmaciones del jefe uniformado y consideró violentada la prescripción constitucional.

   La administración del presidente transitorio Eduardo Rodríguez pidió, refiriéndose en genérico a las autoridades nacionales y sin aludir al jefe castrense, mesura en sus declaraciones públicas “para no provocar dudas respecto a la imparcialidad con la que el Gobierno está enfrentando este proceso electoral”.

   El delegado presidencial para Asuntos Políticos, Jorge Lazarte, dijo que “hay un ambiente de susceptibilidad en el país que hay que tomar en cuenta en cualquier declaración y esta recomendación vale para todos”.

   Luego de la posición planteada por Justiniano y Antezana, el presidente de la Confederación de Empresarios de Bolivia (CEPB), Roberto Mustafá, volvió a insistir en que los dos mejor votados deberían alcanzar una concertación para formar “un gobierno sólido” que enfrente la más dura crisis institucional boliviana en el último siglo.

   Casi en sintonía, el comandante en jefe de la FFAA pidió a “los que no resulten vencedores” que “sean capaces de anteponer los intereses nacionales a los de grupos para conformar y ejercer una oposición responsable que cumpla un rol fiscalizador de los actos de gobierno, pero que también pueda contribuir a la generación de un clima de paz”.

   En medio de estas declaraciones, Morales cerraba este martes su campaña en la andina La Paz, sede de gobierno, segunda ciudad más poblada y nicho más importante de su caudal nacional de votación, en un acto previsto para la noche en una plaza capitalina, en presencia del cantautor argentino Piero.

   “Estamos apelando a la dignidad, a la conciencia, a la gente sana y honesta que apuesta por el cambio, para que apoyen y ganemos con el 50% más uno”, dijo el cocalero que el miércoles cerrará su campaña en Santa Cruz, la ciudad más pujante y poblada del país y bastión de su principal contendor Quiroga, y donde se encuentra segundo con firmes posibilidades de ascenso hasta el domingo, según las encuestas.

   Morales concluirá su campaña el jueves ante sus seguidores más antiguos y fieles, las 30.000 familias de cultivadores indios de coca del Chapare, otrora emporio de la droga, en el centro del país.

   En cambio Quiroga que el sábado cerró campaña en la amazónica nordestina ciudad de Trinidad, donde las encuestas le dan el primer lugar, convocaba para el miércoles a sus seguidores a una masiva concentración en La Paz.

   El ex presidente terminará sus aprestos el jueves en Santa Cruz, donde figura como favorito y donde un día antes propiciará un mitin el empresario Doria Medina.