Millones abandonan zonas de Texas

Millones abandonan zonas de Texas

GALVESTON, Texas (AFP) – La ciudad de Houston (Texas) estaba sumida en el caos este jueves mientras millones de personas hasta Luisiana escapaban de las costas por el inminente golpe del huracán Rita, la producción petrolera se paralizaba y el presidente estadounidense George W. Bush afirmaba que hay que «prepararse para lo peor».

Cerca de un millón de personas intentaba abandonar las zonas de Texas expuestas a Rita, que perdió un poco de fuerza antes de entrar al país pero aun lo hará como un huracán «extremadamente peligroso», entre viernes y sábado.

Las carreteras que conducen desde la ciudad costera hacia el interior del estado, y las que salen de Houston (60 km al noroeste) estaban virtualmente paralizadas con gigantescas colas de tránsito, y gente que estuvo hasta 13 horas para recorrer ese trecho.

A media tarde la Policía de Houston había revertido el tránsito en varias autopistas hacia fuera de las ciudad para agilizar el movimiento.

Fue necesario poner camiones cisterna en las autopistas para ayudar a quienes hubiesen gastado su combustible en las interminables colas, dijo el jefe policíaco Harold Hurtt, a la cadena CNN.

Numerosas estaciones de gasolina habían reportado que ya no tenían combustible, y miles de pasajeros que querían evacuar la ciudad por aeropuertos de Houston estaban varados por la falta de inspectores de equipaje que no fueron a trabajar.

El 90% de la población de Galveston, de 57.000 habitantes, ya había abandonado la ciudad costera, dijo el gerente municipal Steven Leblanc. «Me parece un pueblo fantasma y eso es bueno», dijo.

Una alerta de huracán estaba en vigor para la costa del Golfo de México desde Port O’Connor, a unos 120 km al suroeste de Galveston, hasta Morgan City, en Luisiana, a 75 km al oeste de Nueva Orleans.

Galveston fue escenario en 1900 del huracán más mortífero registrado en el país, que dejó por lo menos 8.000 muertos, y algunos pronósticos indicaban la posibilidad de que fuese tragada esta vez por la marejada ciclónica que debe provocar Rita, de cuatro a seis metros por encima de la marea normal.

La gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, pidió a los residentes en las áreas costeras evacuar cuanto antes y no irse hacia Texas, adonde llegaron la mayoría de los desplazados por Katrina, que destrozó Nueva Orleans el pasado 29 de agosto y dejó más de 1.000 muertos en el sur del país. Blanco calculó en casi medio millón el número de habitantes que deben abandonar sus residencias en Luisiana.

El presidente Bush, criticado por la lenta respuesta al desastre de Katrina, dijo este jueves que hay que «prepararse para lo peor».

«Funcionarios a todos los niveles se están preparando para lo peor. Nuestras fuerzas armadas ya han movilizado tropas. Tenemos recursos ahí para ayudar a los funcionarios federales, estatales y locales a responder rápida y efectivamente» a la emergencia, agregó.

Las fuerzas armadas estadounidenses ya enviaron por lo menos 26 helicópteros y equipos de comunicación hacia Texas, y debían poner a cargo de la operación militar al teniente general Robert Clark, comandante del Quinto Ejército, dijo un portavoz del Pentágono, Bryan Whitman.

Unos 5.000 miembros de la Guardia Nacional de Texas también fueron activados, y el gobernador del Estado, Rick Perry, pidió al gobierno federal la movilización de 10.000 militares.

Las autoridades federales enviaron, además, camiones con agua, alimentos y hielo a las ciudades texanas de Austin, Houston y San Antonio.

A las 18H00 GMT Rita estaba a 700 km al sureste de Galveston con vientos máximos de 240 km/h y había disminuido a categoría 4 en la escala de intensidad Saffir-Simpson (de 5), aunque debe entrar a tierra como un huracán «extremadamente peligroso», según el Centro Nacional de Huracanes (CNH) con sede en Miami.

Debe entrar llegar a tierra entre viernes y sábado en algún punto entre Galveston y Port Arthur, en el límite con Luisiana.

En esa costa, el corazón de la industria petrolera estadounidense, el 92% de la producción del Golfo (una tercera parte de la producción del país) estaba paralizada el viernes, y 18 de 26 refinerías en la costa habían cerrado.

Tres cuartas partes de las más de 1.000 plataformas petroleras habían sido evacuadas el jueves por la tarde.

En Nueva York el petróleo cerró en ligera baja el jueves luego que el huracán Rita perdiera un poco de fuerza, perdiendo 30 centavos a 66,50 dólares el barril, y en Londres perdió 13 centavos a 64,60 dólares.

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