Millones de españoles expresan repudio a atentados

Millones de españoles expresan repudio a atentados

MADRID (AFP).- Más de ocho millones de personas salieron este viernes a las calles de España, en unas manifestaciones que batieron el récord histórico de asistencia, para repudiar los atentados del jueves en Madrid que causaron al menos 199 muertos y más de 1.450 heridos.

En Madrid y en todas las ciudades del país de norte a sur, inmensas multitudes desafiaron a la lluvia y al frío para denunciar la violencia, un día después de que el país quedara conmocionado por las escenas de horror vividas en cuatro trenes de cercanías de la capital española donde explotaron una decena de bombas.

Jóvenes, padres, ministros, obreros, sindicalistas y políticos europeos se mezclaron bajo el lema «Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo».

En total, uno de cada cinco españoles participó en estas manifestaciones, las más multitudinarias en la historia del país, que cuenta en total con algo más de 40 millones de habitantes.

En Madrid, 2,3 millones de personas salieron a las calles en una interminable procesión que recorrió la ciudad bajo la lluvia hasta la estación de Atocha, donde dos trenes fueron devastados la víspera cuando transportaban cientos de viajeros a sus lugares de trabajo.

Encabezando el cortejo se encontraban el presidente del Gobierno, José María Aznar, y los principales candidatos a las elecciones del domingo, el conservador Mariano Rajoy y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a los que se sumaron los primeros ministros italiano, Silvio Berlusconi, y francés, Jean Pierre Raffarin, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer.

Junto a ellos y por primera vez en una manifestación en España, se encontraban el príncipe Felipe y sus hermanas, las infantas Elena y Cristina.

A gritos de «España unida jamás será vencida», «Bombas no, paz sí», «¡Asesinos, asesinos!», miles de manifestantes, españoles y extranjeros, mostraron su solidaridad con las víctimas del terrorismo. «En ese tren íbamos todos», clamaban algunos.

De numerosas ventanas colgaban banderas blancas con crespones negros y los manifestantes mostraban pancartas en las que se leía «No más asesinatos» y lucían cintas negras en señal de luto.

El 15 de febrero de 2003, dos millones de personas salieron a las calles de Madrid para oponerse a la inminente ofensiva en Irak, una cifra histórica que este viernes fue superada.

En Barcelona más de 1,2 millones de personas participaron en una marcha silenciosa presidida por autoridades y políticos locales, que finalizó con gritos de «asesinos» a los dirigentes regionales del Partido Popular (PP, derecha, en el poder central).

Tras una pancarta que rezaba «Cataluña con las víctimas de Madrid, contra el terrorismo, por la democracia y la Constitución», se alinearon los miembros del gobierno autónomo catalán (la Generalitat), representantes de todos los partidos políticos catalanes, instituciones y el clero.

Según la policía, más de un millón de ciudadanos protestó en el centro de Valencia (este), 700.000 en Sevilla (sur), 400.000 en Vigo (noroeste), 300.000 en Murcia (sureste) y 250.000 en Valladolid (centro).

En Vitoria, capital administrativa del País Vasco (norte), cerca de 150.000 personas recorrieron las calles tras los ministros español y francés de Justicia, José María Michavila y Dominique Perben.

El ambiente fue tenso en ocasiones. Algunos militantes independentistas vascos gritaron: «Fuera el PP», lo cual provocó la cólera de los manifestantes que les respondieron gritando «¡Fuera asesinos!», «Por favor, respeten a los muertos».

Los atentados perpetrados en España fueron los más sangrientos de la historia de Europa desde el atentado contra un avión civil estadounidense de PanAm que explotó cuando sobrevolaba la ciudad escocesa de Lockerbie, en 1988, en el que fallecieron 270 personas.

Estos hechos ocurren en vísperas de las elecciones generales en España tras las cuales, el presidente del gobierno José María Aznar, en el poder desde hace ocho años, abandonará la vida política.

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